En el #díamundialdelasalud, debemos pensar en términos de metabolismo social, de Alberto Garzón Espinosa
7/4/22
Nuestra salud y la del planeta son dos caras de la misma moneda. No existen compartimentos estancos. Alimentación, clima, biodiversidad, energía... son aspectos que inciden tanto en la salud de los seres humanos como en el medio ambiente (la OMS, de hecho, sintetiza esta idea con el concepto #OneHealth) y los gobiernos debemos cuidarlos con políticas de sostenibilidad y justicia social.
Así, en el #díamundialdelasalud, debemos pensar en términos de metabolismo social: los sistemas natural y humano están interconectados. Según la OMS, unas 13 millones de muertes al año en el mundo están causadas por cuestiones ambientales. Y esas muertes podrían evitarse, ya que son consecuencia del actual e insostenible modelo de producción y consumo.
La contaminación del aire, por ejemplo, repercute directamente en nuestra calidad y esperanza de vida. Sin embargo, el modelo energético actual, que está basado en la quema de combustibles fósiles, emite gases de efecto invernadero (GEI) y aumenta la contaminación del aire que respiramos. También afecta a nuestra salud cómo nos alimentamos: las personas con menos recursos sufren más problemas de salud asociados a la mala alimentación (obesidad, cáncer, enfermedades cardíacas...), lo que pone de manifiesto que las clases sociales son determinantes de la calidad y la esperanza de vida.
Reducir estas brechas hace tiempo que dejó de ser un objetivo a largo plazo. Urge un nuevo modelo de producción y consumo. El futuro de la humanidad y del planeta están en juego.
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