agosto 19, 2023

¿Cómo evitar la exposición a los microplásticos que acaban en lo que comemos y bebemos?

 Darío Pescador   27 de julio de 2023

El vaso de agua que bebes, el pescado que comes y, posiblemente, incluso el aire que respiras, podrían estar contaminados con una serie de invitados indeseados e invisibles: los microplásticos. Estos pequeños fragmentos de plástico, de menos de 5 mm., han invadido nuestras vidas y están presentes en casi todas partes, desde los ríos hasta los mares, desde los peces hasta nuestros estómagos.

¿Cómo evitar la exposición a los microplásticos que acaban ...


Por otro lado, los microplásticos secundarios provienen de la descomposición de piezas de plástico más grandes, como botellas, material de embalaje y bolsas, que se fragmentan con el tiempo debido a la exposición a elementos como la luz solar y las olas del mar.

Una vez liberados en el medio ambiente, los microplásticos son transportados por el viento, el agua de lluvia y las corrientes fluviales y oceánicas. Según el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (UNEP), cada año se producen 430 millones de toneladas de plástico. Un informe de 2021 corrobora que la mayor parte de la contaminación por microplásticos en los océanos proviene de fuentes terrestres, principalmente a través de los ríos, y solo en menor proporción de los plásticos usados en la pesca (un 18% del total) y la acuicultura.

Una vez en el medio ambiente, los microplásticos se incorporan en la cadena alimentaria. Estos fragmentos de plástico pueden ser ingeridos por pequeños organismos acuáticos y terrestres que, a su vez, son consumidos por criaturas más grandes, incluyendo los humanos. Un estudio de 2015 midió las cantidades de restos de plástico encontradas en pescado y marisco para el consumo humano en Indonesia y Estados Unidos. Los resultados son alarmantes: en Indonesia el 28% de los peces contenían plástico, en Estados Unidos la cifra era del 25% y, en el caso de los bivalvos, la cifra llegaba al 33%. 

Pero evitando el pescado no nos libramos. Los microplásticos también se han encontrado en sal de mesa, azúcar, miel, cerveza y hasta en agua embotellada y del grifo.

Los microplásticos en la salud

Aunque los científicos todavía están investigando los efectos de los microplásticos en la salud humana, los estudios sugieren que la exposición crónica puede tener efectos negativos. Estos entran en nuestro organismo por ingestión, inhalación y contacto dérmico. Pueden actuar como portadores de otros contaminantes ambientales dañinos, como los metales pesados y los químicos orgánicos persistentes, que podrían acumularse en el organismo a lo largo del tiempo, algo que ya se ha comprobado en animales. 

Entre los efectos de los microplásticos sobre la salud se han investigado el estrés oxidativo, inflamación, alteración del equilibrio del metabolismo y del sistema inmunitario, neurotoxicidad, toxicidad para la reproducción y riesgo de cáncer. No obstante, se trata de un fenómeno relativamente nuevo y no hay estudios concluyentes. En un informe de la OMS de 2019 se consideraba que los plásticos mayores de 10 micras no eran absorbidos por el cuerpo humano y, por tanto, presentaban un gran riesgo. Sin embargo, alertaba de los posibles efectos de las partículas de menor tamaño, en el orden del nanómetro, cuyos efectos son aún poco conocidos. 

Según el mismo informe, el tratamiento de las aguas residuales puede eliminar más del 90% de los microplásticos, siendo el tratamiento terciario, como la filtración, el que más los elimina. El tratamiento convencional del agua potable puede eliminar partículas de menos de un micrómetro. Por desgracia, una gran parte de la población mundial no tiene acceso a plantas de tratamiento de aguas. Además, el filtrado del agua no nos protege de los plásticos que ya se encuentran en la comida o en el aire que respiramos, aunque reduce drásticamente la cantidad de plásticos que terminan en las aguas del mundo (...)

Cómo evitar los microplásticos

Afortunadamente, la exposición a los microplásticos en los países avanzados que disponen de plantas de tratamiento de agua es menor, pero seguimos expuestos a la contaminación de los alimentos y el aire. Por ejemplo, una gran cantidad de los microplásticos presentes en el medio ambiente provienen del desgaste de los neumáticos. Parece que no hay donde esconderse, pero sí podemos tomar algunas medidas para minimizar la cantidad de microplásticos que entran en nuestro organismo y evitar poner más en el medio ambiente:

  • Reduce el uso de plásticos: evita el uso de plásticos de un solo uso como pajitas, bolsas de plástico y cubiertos desechables. En su lugar, busca alternativas reutilizables o reciclables como pajitas de metal, bolsas de tela o cubiertos de bambú.
  • Elige fibras naturales: las fibras sintéticas como el poliéster y el nailon pueden desprender microplásticos al lavarse y también con el roce con nuestra piel. Elige fibras naturales como el algodón, la lana y la seda.
  • Evita los productos de cuidado personal con microperlas: las microperlas son diminutas partículas de plástico que se utilizan en productos de cuidado personal como exfoliantes faciales y dentífricos. Comprueba la lista de ingredientes y evita los productos que contengan microperlas.
  • Utiliza productos de limpieza naturales: muchos productos de limpieza contienen microplásticos. Elige aquellos naturales o haz los tuyos propios con ingredientes sencillos como vinagre y bicarbonato.
  • Filtra el agua del grifo: para evitar los posibles microplásticos en el agua del grifo, considera usar un filtro de agua que reduzca aún más la exposición. 
  • Lava la ropa con menos frecuencia, especialmente la ropa de fibras sintéticas. Si puedes, elimina manchas o airea. Hay prendas que no necesitan ser lavadas, así se evita que desprendan más microplásticos.
  • Apoyar la legislación medioambiental: vota y aboga por políticas que reduzcan la producción y el uso de plásticos.

Los microplásticos son un problema global que requiere una solución global. Todos tenemos un papel en la reducción de nuestra dependencia del plástico y en la protección de nuestra salud y del medio ambiente para las generaciones futuras. Pero además, si no los podemos evitar por completo en nuestro entorno, tenemos la posibilidad de tomar medidas que nos protejan.

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