En febrero de 2022, en Vitoria-Gasteiz, alrededor de cien mujeres se reunieron para empezar a gestar lo que se prevé como una hazaña: una huelga general feminista. El 30 de noviembre de este año, a lo largo de todo el territorio, buscarán poner sobre la mesa, a golpe de protesta, la necesidad de un "sistema público comunitario de cuidados".

Han sido muchos los pequeños pasos que han dado para llegar hasta aquí. En las V Jornadas Feministas de Euskal Herria, celebradas en 2019, se acordó que los cuidados estarían en el centro de la agenda.

Las huelgas feministas de 2018 y 2019, así como el de pensionistas, en 2020, sirvieron para evidenciar que los paros ya no son lo que eran: "Hemos impregnado la idea de huelga feminista en los sindicatos y en otros agentes sociales", asegura Naia Torrealdai Mandaluniz, portavoz de Bizitzak Erdigunean (Las vidas en el centro), la coordinadora que surgió durante el confinamiento y que aglutina a los colectivos que están participando en la organización.

En esta huelga, la patronal no son solo los empresarios: "Las instituciones son responsables de la gestión de los servicios de cuidados que, en muchas ocasiones, están privatizados".

De momento, la propuesta se ha materializado en un documento en el que recoge sus reivindicaciones y plantea una hoja de ruta. Entre sus demandas, exigen derogar la Ley de Extranjería y regularizar a todas las trabajadoras de cuidados, hacer accesible el derecho al empadronamiento o erradicar el régimen interno del empleo de hogar, entre otras.

El derecho a ser cuidadas

Entienden que el cuidado es "la base para construir la vida digna", algo "imprescindible" para "conservar y gestionar la vida, el bienestar y la salud". Según los datos que aportan, en la Comunidad Autónoma Vasca, el trabajo doméstico no remunerado supuso el 27,7% del producto interior bruto en 2018.

El modelo de cuidados actual no está reconocido, las tareas de cuidado no se reparten, se realizan en condiciones laborales precarias y, en muchas ocasiones, la calidad de la atención es mala. El sistema que imaginan está "totalmente relacionado con la garantía de un sistema sanitario público y de calidad" para no sobrecargar a las mujeres y a las familias.

La movilización ha sido convocada en la Comunidad Autónoma Vasca y en Navarra por los sindicatos ELA, LAB, Steilas, ESK, EHNE, Etxalde y CGT. La mayoría sindical vasca muestra, en este sentido, su apoyo a una movilización que lleva meses gestándose en muchos barrios, pueblos y ciudades del territorio (...)

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