Demelsa Álvarez Boal 02 NOV 2024
Vicente Sevilla Micólogo, participa en unas jornadas en Boal
"Además del marco regulador, tiene que existir el formativo, contar que los hongos tienen una relación esencial con el medio natural"
–¿Puede el aprovechamiento micológico ayudar al desarrollo rural?
–El aprovechamiento micológico tiene que ser razonable y controlado. Si se combina con formación y respeto al medio ambiente, puede ser muy beneficioso, pero que no sea simplemente el hecho de recolectar. De hecho, yo creo que lo que más beneficia es la parte formativa, incluso más que la de recolección y esparcimiento.
–¿En Asturias podría ser un recurso?
–Como vengo de zonas en las que está hipermegapresionado el territorio por la cantidad de gente, creo que el efecto llamada no es bueno, hay que regular el flujo de gente. Este otoño se están viendo barbaridades en algunas zonas, gente que coge cajones de fruta llenos de setas, algo a lo que luego no le pueden dar salida. Porque la venta debe estar regulada, tiene que pasar por controles sanitarios, hay mucho mercado negro con el tema de las setas. Además, todo el turismo que llega a los sitios a buscar setas no siempre tiene una repercusión en la economía del pueblo. La gente se lleva el bocadillo y lo que sí deja es la porquería en el monte. A mi juicio, es un tema que hay que tratar con cierto cuidado.
–¿Cómo está la regulación?
–Hay zonas donde son los municipios con ordenanzas los que regulan y te puedes encontrar sitios en donde cada pueblo tiene su propia normativa y eso induce un poco a confusión. Debería existir una especie de unificación de criterios
–¿Qué se debe regular?
–Primero, el número de gente que va al monte a recolectar. Segundo, conocer lo que se va a recolectar, controlar la cantidad de kilos por persona. Y, tercero, debería haber alguna especie de veda para los años que no son buenos, como pasa con la trufa o en la pesca y la caza. Los hongos son esenciales para el monte y cuando empiezan a desaparecer, no solo las especies que se van recolectando para el consumo, sino el resto también, acaban dañadas al haber mucha presión en el monte; se pisan. Al final se produce un desequilibrio en la naturaleza importante. En las zonas en las que todavía no hay un flujo muy grande de gente, buscar que llegue más gente no va a revertir en los negocios a un nivel que equilibre el daño que se va a hacer en la naturaleza.
–¿Sería mejor entonces empezar por la regulación antes que por la promoción?
–Sin ninguna duda. Es importante crear un marco legal. Me dedico desde hace muchos años a la educación ambiental y al final te das cuenta de que puedes contar muchas cosas, pero si no hay un marco legal, a mucha gente le entra por un oído y le sale por el otro. Ves que hay un porcentaje de la población que no reacciona más allá de unas posibles sanciones. Además del marco regulador, tiene que existir el formativo, contar que los hongos son importantes porque tienen una relación esencial con el medio natural y se deben proteger todas las setas, no solo las que se recolectan.
–¿Qué funciones desempeñan?
–Los hongos se dice que son los sanitarios del monte. Tienen relación simbiótica o mutualista con los árboles, les aportan una serie de nutrientes que los árboles no tienen y al revés, lo que se conoce como micorriza. También hay una relación saprófita en los hongos descomponedores que favorecen que haya materia orgánica en descomposición en el suelo, lo cual enriquece el humus. Son funciones fundamentales en un bosque.
–La formación que defiende va más allá de identificar las setas comestibles o no, hay que conocer su función en el bosque.
–Tenemos que aprender a ver setas y no solo desde el punto de vista gastronómico, sino desde lo hermosos que son los hongos, hacerles fotos y ver cómo crecen en el bosque. Hay que darle otro perfil a la micología y puede tener una buena salida como desarrollo en zonas rurales. Tampoco es cuestión de que no se recolecte nada, pero hay que buscar un equilibrio y tener una autorregulación. Si este año no está siendo bueno, pues hay que recolectar menos o no salir. Yo creo que el futuro va a ser este, porque el cambio climático es evidente y hay especies que tienden a desaparecer y hay que tomar medidas.
–¿Son malos tiempos para las setas?
–Justo este año no está siendo malo. Pero últimamente lo habitual es que haya uno bueno cada equis años. Así, si no tomamos medidas y vemos que este año es maravilloso y creemos que todo el campo es orégano, llegará un punto en el que al final nos encontraremos sin mucha cantidad ni variedad, ese es el problema
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