junio 05, 2025

CTXT. Carta a la comunidad 401 I Xosé Manuel Pereiro: Mi vida como avestruz

 19/4/2025


Estimada gente:

 

No voy a ver Adolescencia, de la misma forma que me resistí a ver Querer. Dicho esto, y con tal contundencia, supongo que les debo una explicación (y como corresponsal suyo que soy, se la voy a dar). No es por el esnobismo tardoinfantil o alergia preadolescente a los bestsellers, o lo que fuese, que me convirtió en el único de la clase que no veía Raíces Holocausto. Tampoco –creo– porque tenga el síndrome del avestruz, que piense que la realidad se desvanece si no la miro. Tampoco porque crea que no merecen la pena como series o incluso como meras piezas de consumo televisivo. Ni me atrevería a aconsejarles que no viesen esas dos muestras de ese arte de nuestros días, la narrativa audiovisual seriada. Al revés, me atrevo a asegurar que ambas son ejemplares en muchos aspectos. Pero creo que no me convienen. A mí, particularmente.

 

      Si me permiten la confesión –al cabo, esta es una carta personal, de ámbito restringido a unos destinatarios concretos y cómplices– atravieso una etapa vital en la que estoy particularmente sensible a las emociones. O, por verlo de otra forma, creo que el mundo está generando emociones por encima de mi capacidad para asumirlas. Miren que soy amigo declarado de los adjetivos, pero no encuentro ninguno con el que calificar el hecho de que bien entrado en siglo XXI, y a menos de cien años de la experiencia más terrible de depravación humana (en la ecuación: índice de desarrollo de la civilización-grado de maldad) se esté repitiendo públicamente un exterminio similar ante el aplauso de unos pocos poderosos, la indiferencia de muchos y la impotencia de los más.

 

      También encuentro inexplicable que en un momento en el que los avances tecnológicos y científicos nos podrían permitir desarrollarnos como personas en todos los aspectos de una forma nunca vista en la historia de la humanidad, se haya institucionalizado como sistema de gobernanza mundial –al menos en la parte del mundo en la que las formas en teoría importaban– una mezcla progresivamente explosiva de idiocia, mentira y rapacidad descarada y sin complejos. Una mezcla a la que los usos políticos españoles añaden el colmillo.

        

      Y por último, por menos importante que parezca, me duele que cuando los índices de alfabetización y de transmisión de la información han alcanzado los estándares más elevados de la historia sea cuando el periodismo como mecanismo de defensa y formación de la ciudadanía esté haciendo estructuralmente aguas en favor de la difusión de contenidos truchos o directamente criminales.

 

      Quizá tengan una duda razonable sobre si he dimitido de mi conexión con los aspectos más desagradables de la realidad: la exposición de los más jóvenes a mensajes indeseables, el machismo de toda la vida que pervive limado por las convenciones formales de la sociedad actual y en el fondo sigue considerando a la mitad de la humanidad como poco más que una bestia de carga, un sistema de reproducción y/o de deshago, un servicio de mantenimiento del hogar o un florero semoviente.

 

      No, no huyo de esa existencia que no me gusta. No escapo de las noticias que la reflejan, pero prefiero leer los análisis demorados de Amador Fernández-Savater, de Xandru Fernández o de Álex Blasco sobre una serie que desvela los más que probables fallos en la educación de nuestros hijos –los míos, los de mi quinta, los de la gente a la que hemos confiado las directrices de la formación de esas generaciones, o el control de lo que consumen– que someterme a un carrusel de emociones sobre el tema. Porque de eso es de lo que estamos hablando, de la exposición de facetas problemáticas de la sociedad actual mediante una representación dramática que, para funcionar, tiene necesariamente que exacerbar nuestra identificación con el asunto y con los protagonistas.

 

      En mis concretas y personales circunstancias actuales, la realidad me parece ya lo suficientemente descarnada como para encima someterme a su dramatización. Para todo lo demás está, gracias a ustedes, CTXT.

 

      Un saludo fuera de pantalla. 

 

Xosé Manuel Pereiro

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PERROFLAUTAS DEL MUNDOLas letras británicas e irlandesas se posicionan contra el genocidio que Israel está perpetrando en Gaza





junio 04, 2025

Cotos-Cimas: Peñalara y Claveles-Lagunas: Pájaros, Claveles y Laguna Grande, 30/5/2025

 Las fotos llevan una explicación y al relato lo precede un *asterisco. Lo copiado aparece "entrecomillado" Para VER las FOTOS, sus detalles, DEBEN AGRANDARSE clicando sobre ellas. Crónica de mismo recorrido realizado en 2/4/2018, con nuestros hijos https://paqquita.blogspot.com/2018/04/cotos-penalara-viii-claveles-riscos-y.html


1.- Pasarela y Centro de Visitantes, al fondo.

* Queremos hacer Peñalara antes de que apriete más el calor. Vamos el viernes 30 de mayo. Iniciamos la marcha a las 10h. Vamos por la ruta normal.


2.- Foto del móvil. Fuente de Cubeiro. Poco antes del Mirador de la Gitana. 10h. 18´

3.- Hermana Menor a izda., Mayor en el centro y cima de Peñalara a dcha.


4.- Vista atrás. La Cuerda Larga. En imagen: Cabezas de Hierro, Alto de Valdemartín

5.- En la senda.

6.- Manchas de nieve. Hermana Menor a izda., fuera de imagen.

7.- Monolito rectangular de granito, vi varios. Nuevos para mí.

* Por el camino se nos han unido un padre y su hijo. Casi de contínuo van por delante, la juventud.


8.- A la vista: cima de Peñalara. Arriba: Jose y Hugo. Antes: monolito en Peñalara por los 100 años del club madrileño del mismo nombre (1913-2013)

9.- Desde la cima: paredes de Hermana Mayor. Fondo a izda: lo visto en foto 4

* Llegamos a la cima a las 12h. 40´. Seguimos hacia Claveles. La pareja que, en principio, sólo iba a Peñalara, decide apuntarse a la ruta circular.


10.- Laguna de Claveles.

11.- Por la cuerda. Jose y Hugo se vienen. En imagen una de las moscas que nos acompañarán en todo el recorrido.

12.- A la vista: el Risco de los Claveles.

13.- Mancha de nieve. Al fondo: embalse de la Pinilla.

14.- En el Risco de los Claveles. Hugo ya en la cima.

15.- Vista a izquierda.  Paso e hito.

16.- Volvemos a la cresta.

17.- Ladera empedrada a izda. Manchas de nieve. Jose en el cuadrante inferior dcho.

18.- Cima de Claveles. Distintivo a derecha.

19.- Bajando Claveles. Más adelante: Risco de los Pájaros y laguna abajo.

20.- Padre e hijo, por delante. Risco Pájaros, al frente.

21.- Narcisos, algo en declive.

22.- Lengua de nieve, de las más grandes que quedan. Padre e hijo por la senda.


23.- Foto de Blas. Tramo por el que nos deslizamos. 14h. 22´

24.- Laguna de los Pájaros. Cuerda Larga: Najarra, Bailanderos, Asómate de Hoyos


25.- Foto de Blas. 14h. 45´. Hugo en imagen.


26.- Uno de los arroyos que la alimenta. Risco Claveles, arriba


27.- La laguna de los Pájaros vista por su entrada principal. Anterior a izda.

   
28.- Foto de Blas. 15h. 8´

* Paramos a comer cerca del inicio de la laguna de los Pájaros. Son las 15h
No lo he mencionado, en todos el recorrido nos están acosando las moscas. Mucho más de lo usual. Pienso si será alguna plaga novedosa.
Veo mis botas y están, ante todo la izquierda, cubiertas de ellas. Llegaron a estar mucho más que lo que se ve en la foto.
La poca gente que encontramos en el camino nos refiere lo mismo; ante todo un joven, cuando llegamos al aparcamiento de Cotos, estaba inquieto, aún  dentro del coche se le habían pegado al cristal
Tras salir de Cotos desapareció el problema.
 

29.- Continuación Cuerda Larga: Loma de Pandasco, Cabeza Hierro Mayor y Menor.

30.- Más deshielo. Yendo por la senda.

31.- Lagunillas temporales.

32.- Como decía, temporales.

33.- Laguna amplia. Fondo: posiblemente el Mondalindo.

34.- Varias lagunillas apreciables.

35.- Cascada, no recordaba ninguna. Flores amarillas: narcisos, otra variedad

36.- Segunda cascada y última. Tampoco vista antes.

37.- Paso. Los tres por delante. Vamos camino de la Laguna Grande.

38.- Subiendo. Última foto hecha con la cámara. Llovizna más fuerte.

* A lo largo del día nos ha lloviznado en varias ocasiones, siempre breve. Camino de la Laguna Grande parece que coge fuerza. Comienzan a escucharse sonidos de tormenta. Como el agua se me ha cargado tres cámaras, ésta la guardo. Utilizaré el móvil, que no le afecta.

39.- Vista atrás. 16h. 35´ Más lagunillas.

* A partir de aquí, Hugo y Jose se van alejando, pese a que dijeron de ver la laguna grande.

40.- La Laguna Grande de Pêñalara.

41.- Foto de Blas. Bajando a la laguna. 17h. 5´

42.- Ya abajo: paredes que la rodean por la cara sur.

43.- Volviendo a Cotos en sentido circular. Retama en flor.


44.- Foto de Blas. Sentido contrario. 17h. 40´

45.- Fuente de Cedrón. Las dos expuestas son las únicas del recorrido.

* Al aparcamiento llegamos a las 18h. 15  Como Venta Marcelino está cerrado, nos vamos a Navacerrada pueblo.

DATOS de  INTERÉS: 12,5 km recorridos - Desnivel acumulado: 800ms. Tiempo invertido: 8h. 15´ menos media hora de la comida.

PAQUITA

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PERROFLAUTAS DEL MUNDOLa reclamación a Europa de un tesoro entregado a los nazis abre el debate sobre qué patrimonio debe exigir España de vuelta 





junio 03, 2025

Tras la pista de las aves de montaña, "medidores naturales" del cambio climático: "Sus poblaciones están en descenso"


3/03/2025  PILAR BAYÓN 

 Día Mundial de la Vida Silvestre 

  • Son muy vulnerables a los cambios de temperatura y la trasformación del suelo
  • Piden más recursos ante la dificultad de acceder a 
  • su hábitat y monitorizar su   estado
  • treparriscos, un ave de alta montaña caracterizado por sus vivos colores y su peculiar vuelo


SSe busca al treparriscos, el pechiazul y el gorrión alpino. Son de difícil avistamiento, pero poseen información muy relevante. No hablamos de nombres en clave, infraestructuras secretas ni artilugios al estilo 007, sino de tres tipos de aves de alta montaña que pueden ejercer como importantes “medidores naturales” del avance del calentamiento global en estos ecosistemas.

“Son bioindicadores, es decir, en ellas se puede detectar de forma más temprana las consecuencias del cambio climático en los hábitats montañosos, ya que son muy vulnerables a las alteraciones de temperatura”, señala a RTVE.es, con motivo del Día Mundial de la Vida Silvestre celebrado este lunes, la científica del Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad, María Mar Delgado, que se encarga, precisamente, del estudio de una de estas aves, el gorrión alpino.

A pesar de su importancia, la búsqueda de estas especies es de “gran complejidad” debido al “difícil acceso a los picos” —por encima de los 1.500 m de altitud— y a “sus poblaciones en descenso”. “Se necesita más financiación y recursos para su monitorización, ya que de algunas apenas hay datos para saber sus necesidades. Si no las cuidamos, se puede acabar con sus refugios climáticos”, cuenta, por su parte, Vicente García-Navas, investigador en la Estación Biológica de Doñana, que trabajó con estas 'guardianas de las cumbres' en las montañas suizas.

Si no cuidamos estas aves, se puede acabar con sus refugios climáticos

Ante la falta de un registro completo a nivel español —de momento, se estudian de manera aislada— la Sociedad Española Ornitología (SEO/BirdLife) ha comenzado desde hace unos años un censo, pero reconoce que aún “queda mucho trabajo por hacer”. “Estas aves no son solo víctimas del cambio climático, sino de la transformación del uso del suelo con actividades agrarias o la expansión de pistas de esquí u otras estaciones de ocio. Hay que estudiarlas y protegerlas”, considera Jorge Orueta, biólogo y coordinador de especies de SEO/BirdLife.

Colores vivos, vuelo de ‘mariposa’ o esquivas: cómo son

Antes de seguir, hay que “ponerles cara” a estas aves. Imaginémonos en una expedición de alta montaña: si ve un gorrión con un plumaje marrón, tonos más blancos de lo habitual y cabeza grisácea desafiando el frío, es posible que se trate de un gorrión alpino. En España, se le encuentra por encima de los 1.800 metros en el Pirineo central o en la parte oriental de la Cordillera Cantábrica. Fuera de nuestras fronteras, en los Alpes, los Cárpatos, el Cáucaso e incluso el Himalaya.

“Suele estar en sitios poco accesibles. Necesita paciencia, pero es importante porque se le considera una especie 'paraguas', es decir, lo que les pase a ellas, le puede pasar a todas las demás”, asegura Delgado, de camino a los Pirineos para seguir con su monitorización. Hasta 2021, agrega la investigadora, esta especie se consideraba como de “poca preocupación”, pero ya ha pasado a “casi amenazada”.

Un gorrión alpino apostado sobre una roca nevada.

Si, por el contrario, el ave detectada tiene una pechera de un característico color azul, puede que se trate de un ruiseñor pechiazul, propio en nuestro país del Sistema Central, la Cordillera Cantábrica y los Montes de León. 

Un ruiseñor pechiazul canta sobre una rama. 

Además del cambio climático y actividades como el sobrepastoreo o la desecación de arroyos, hay una marcada falta de datos sobre esta especie. “Estas aves son bastante poco conocidas y no podemos determinar exactamente cuál ha sido el grado de regresión de sus territorios. Muchas veces los avistamientos son fortuitos, porque un macho se ha subido a una mata o porque se escucha su particular canto”, indica Orueta.

Si durante el avistamiento, lo que le llama la atención es un destello rojo y gris, puede que sea uno de los afortunados de haber encontrado un treparriscos, una de las aves más misteriosas de Europa. Además de su color, esta especie tiene un vuelo muy particular: pegado a las rocas y de carácter ondulado, por lo que, en ocasiones, se le compara con las mariposas. “Es un ave muy discreta, siempre se mueve pegada a la pared, por lo que se ven o, en muros altos, o incluso en recovecos encontrados por escaladores”, asegura el coordinador de SEO/BirdLife. En nuestro país, su población es muy pequeña y está fragmentada en dos núcleos: el Pirineo central y la parte más oriental de la cordillera Cantábrica. Fuera de España, se las ha podido ver en otras regiones montañosas de Europa y Oriente Próximo.

Estas tres especies, recuerdan los expertos, son solo una muestra de la gran variedad que hay, ya que depende del sistema montañoso y la altitud. “Hay diversidad, por ahora", matiza García-Navas. "En el caso de los Alpes, las comunidades son cada vez más similares desde un punto de vista funcional, es decir, se está perdiendo la diversidad de las aves ‘especializadas’ en zonas o dietas”, señala el investigador.

Censos, alpinismo y más financiación: qué se necesita para contarlas

Sobre cómo se localizan estas aves, Delgado explica que, aunque se necesitan “conocimientos de alpinismo” y un “buen equipamiento” para subir a las cumbres y enfrentar el frío, lo más importante es tener “mucha fuerza de voluntad” y “financiación”. Con estos pájaros, dice, “conseguir fondos es especialmente difícil”.

“Primero, porque la Administración suele darle más prioridad a especies que tienen más conflictos con los humanos o que son más conocidas; y segundo, porque al ser tan complicada su investigación es posible que acabes con poca información y que, a veces, los objetivos no se cumplan del todo”, apunta la científica.

Conseguir fondos para estudiar las aves de alta montaña es especialmente difícil

“Es la pescadilla que se muerde la cola. Son desconocidos porque no se les investiga, pero tampoco se les da la oportunidad”, coincide García-Navas, quien apuesta, asimismo, por “reforzar las políticas para la reducción de emisiones” y por una agricultura más equilibrada con el medio ambiente.

Desde SEO, ya se trabaja en el conteo de estas aves. “Consiste en ir a las zonas de hábitat adecuado y realizar unos transectos o itinerarios de una longitud determinada, en una parte representativa y con unas características homogéneas, y se anotan las especies que se ven en ellos, de manera que se puedan extrapolar a otras”, afirma.

Además, se defiende dotarles de más visibilidad, por lo que en su concurso anual de aves se propusieron las tres especies de alta montaña mencionadas, siendo elegido por el público en enero el treparriscos como el Ave del año 2025. “Se pretendía llamar la atención sobre un grupo de aves del que se sabe relativamente poco y sobre el que hay una amenaza común de transformación debido al cambio climático”, explica Orueta.

En este sentido, el coordinador defiende que, aunque estas investigaciones se hacen, generalmente, por profesionales, también les son de mucha ayuda los proyectos de ciencia ciudadana. A veces, asegura, son, precisamente, los “avistamientos esporádicos” los que les ponen “sobre la pista” de estas aves que considera “tan enigmáticas como reveladoras”.

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