septiembre 01, 2006

Chantaje Emocional

SIEMPRE SE NECESITAN DOS PARA EL CHANTAJE.-
Exploraremos la psiquis de un chantajista. No todos tienen el mismo estilo o los mismos rasgos caracterológicos: algunos son pasivos; otros, bastante agresivos; algunos son directos y otros sumamente sutiles; algunos nos dicen con mucha claridad cuáles serán las consecuencias si los contrariamos, y otros, por fin, enfatizan cuánto los estamos haciendo sufrir.Pero más allá de cuán diferentes puedan aparecer a primera vista, todos ellos tienen grandes rasgos en común, características que alimentan su conducta manipuladora. Veremos cómo estos chantajistas utilizan el miedo, la obligación y la culpa, además de otras armas, y comprenderemos qué los impulsa a actuar de la manera en que lo hacen.El miedo - el miedo a las pérdidas, el temor al cambio y al rechazo, el miedo a la pérdida del poder- es el terreno común en que se mueven todas las personas que se convierten en chantajistas. En algunos casos, esos miedos radican en una larga historia de sentimientos de angustia e ineptitud. En otros, podrán ser la respuesta a incertidumbres y estrés más recientes, que han socavado su autoestima y sus sentimientos de competencia y seguridad. El potencial para convertirse en chantajista aumenta en forma súbita a medida que los miedos se acumulan en la vida de esa persona. Verán con cuanta facilidad ciertos hechos desencadenantes, como el rechazo sentimental por parte de otra persona, la pérdida de un trabajo, un divorcio, el retiro de la vida laboral o una enfermedad pueden convertir en chantajista a alguien de nuestro entorno inmediato.El precio que pagamos cuando cedemos reiteradamente al chantaje emocional es enorme. Los comentarios y actitudes del chantajista nos hacen sentir desequilibrados, avergonzados y culpables. Sabemos que tenemos que modificar la situación y, reiteradamente, nos prometemos que lo haremos, sólo para encontrarnos, una y otra vez, burlados y manipulados, como que hemos caído de nuevo en una emboscada. Comenzamos a dudar de nuestra capacidad de mantener las promesas que nos hacemos y perdemos la confianza en nuestra eficiencia. Nuestra autoestima se va erosionando. Y lo peor de todo es , quizás, que cada vez que nos rendimos al chantaje emocional, perdemos contacto con nuestra propia integridad, esa brújula interior que nos ayuda a determinar cuáles deberían ser nuestros valores y nuestra conducta. A pesar de que el chantaje emocional no es un abuso psicofísico violento, no hay que caer en la tentación de suponer que el precio que se paga no es muy elevado. Cuando convivimos con él, el chantaje emocional nos carcome y se expande hasta dañar en lo más hondo nuestras relaciones más importantes y nuestra propia autoestima.Sin nuestro consentimiento, el chantajista se vuelve totalmente impotente (...)
UNA MALA PALABRA QUE EMPIEZA CON "M": MIEDO.-
El chantajista emocional construye su estrategia consciente e inconscientemente en base a la información que nosotros le suministramos acerca de lo que nos causa miedo. Observan de qué cosas huimos y qué cosas nos ponen nerviosos, se fijan en cómo reaccionamos físicamente en respuesta a las cosas que sentimos. No es que tomen nota activamente y registren la información para utilizarla luego en contra de nosotros; todos absorbemos ese tipo de conocimientos sobre las personas que nos rodean. En el chantaje emocional, el miedo transforma también al chantajista . De una manera simple, podemos decir que el miedo que siente el chantajista emocional de no obtener lo que desea se vuelve tan intenso, que lo único que atina a hacer es centrar su atención en el resultado deseado, lo cual le imposibilita apartar su mirada del objetivo y percibir de qué manera su forma de actuar nos afecta a nosotros.En esta instancia, toda la información que han recogido sobre nosotros en el transcurso de la relación se convierte en su herramienta para cerrar un trato alimentado por el miedo de las dos partes involucradas. La condiciones que nos ponen están hechas a medida para nosotros: si haces lo que te pido, yo no:...· Te abandonaré.· Te censuraré.· Dejaré de amarte.· Te gritaré.· Te haré sufrir.· Me opondré a tu voluntad.· Te despediré. LO ÚNICO QUE LES IMPORTA SON ELLOS MISMOS. Todos los chantajistas que hemos visto focalizan su atención casi por completo en sus propias necesidades y la forma en que sus presiones nos afectan a nosotros no les importan en lo más mínimo (...)

LÁGRIMAS QUE AHOGAN
Las relaciones humanas no son precisamente un camino de rosas. Entre flor y flor se esconde alguna espina que nos desgarra la carne. El pinchazo se agudiza cuando proviene de personas con las que mantenemos un intenso vínculo que deseamos conservar. Pero este anhelo es aprovechado por muchos, titiriteros de los afectos, empeñados en hacer sombra hasta que el amor se marchita y muere.

Dedicado a todos los chantajistas emocionales y a sus víctimas que, en alguna forma, participan actívamente en el proceso en lugar de cortarlo.

Texto sacado íntegramente de internet (informes elaborados por otros)
PAQUITA

4 comentarios:

Fernando dijo...

Hola Paquita:
Estuve de vacaciones y he vuelto recientemente. Veo que ya has terminado la narración de tu viaje. Me tendré que poner al día, en mis ratos libres :-)
Es interesante el post que has puesto hoy y da que reflexionar. Realmente creo que todos hemos estado en uno de los papeles chantajistas / chantajeado en algún momento.
Como dice el artículo, uno de los motores que hay detrás es el miedo, la inseguridad ... y hay que ser una persona muy madura y equilibrada para no caer en el juego del chantajeador o de la victima.
Como todo, todo tiene sus niveles y si hay que tener cuidado cuando se pasa de comportamientos puntuales e inconscientes a situaciones comunes y repetitivas, que como bien comentas en el post pueden ser muy destructivas para ambas partes.
Saludos

Anónimo dijo...

El miedo a perder es terrible, y si no lo controlas puede llevarte a hacer mucho dañlo a los demás y a ti mismo.


Perdona el error, es lo que tiene contestar post a las tres de la mañana. Procurare enmendarme...

¡¡¡

Anónimo dijo...

hola paquita:

Ya estoy aqui, mañana nos vemos

un beso rosa

Anónimo dijo...

Hola a tod@s.

Los chantajistas se aprovechan de las personas....por inseguros, y sin pensar en que las cabezas de los que se dejan chantajear también piensan...

Eso ...eso si que es triste, y lo digo no por decir, sino porque ahora revivo emociones y sentimientos que me han provocado ese tipo de situaciones.

Cuando te chantajean y tu piensas...."sabes que sé lo que ocurre...y aun así..¿sigues?" y ¿cómo acabas (o acabé, o acabo) reaccionando? pues yo, la mayoría de las veces, CEDO pensando que aunque las dos personas saben lo que esta pasando y lo ocultan o lo pintan con un "por favor", solo por la inseguridad de tener que chantajearme para conseguirlo, por mi bondad (de la que llego a ser tonta, como podreis ver) y mi sentimiento de pena hacia esa ridicula situación crada por esa ridícula persona, acabo siendo una chantajeada por un chantaje mas que conocido, que siempre (o casi siempre) acaba siendo provocado por chantajistas que portan caras mas que conocidas.

¿Triste?seguramente, pero en este mundo no es lo que mas quiero cambiar.

¿Fácil? provablemente, pero no me merece la pena hacer pensar a una persona algo de lo que sobradamente está capacitada. ¿Por què...si tan "listos" somos para saber cómo chantajear a alguién, lo somos también para saber que si eres honesto, conseguirás lo mismo sin que esa situación surja, sin que alimentes mas esas emociones de..."superioridad" (por conseguir algo que te proponias" y propiciando la amabilidad y la afectividad?
SI NUESTRO LAZO ES SUFICIENTEMENTE AFECTIVO...PIDEME LO QUE QUIERAS, QUE YO LO HARÉ
Un saludo
Una trabajadora ;)