noviembre 28, 2006

Relato: Diferente VII

Franca sólo comprendió a su padre después de muerto. Suena terrible pero fue así.
Quizá fuera más correcto utilizar el término se apiadó, o se compadeció, el caso es que fue entonces, y sólo entonces, cuando sintió una pena profunda por su padre, por lo que había sido su puta vida, una vida prácticamente destrozada desde sus inicios, cuando siendo el mayor de nueve hermanos, tuvo que asumir, desde el principio de su tiempo, el papel de cabeza de familia, en parte por propia responsabilidad y en parte por imposición materna.
Llevaba un tiempo estresado, una noche se incorporó violentamente de la cama y pidió ser ingresado en una clínica, así no podía vivir, eso dijo. Con sus antecedentes clínicos, repetidos oralmente, puesto que no disponían de documentación alguna, le ingresaron en el hospital psiquiátrico de Tres Cantos, era cosa de los nervios.
Tras examinarle una de las doctoras dio su dictamen: había padecido de esquizofrenia paranoide toda su vida -más tarde se enteraría Franca que desde la adolescencia-, pero en el momento actual estaba cursando una depresión.
Perdió el apetito y pareció recuperar la lucidez, lamentando ante su mujer la vida perdida, lo que le apenaba la vida que habían perdido ambos. Días después tras una crisis inesperada le llevaron al Gregorio Marañón y estando allí mismo le repitió y falleció en el acto.
Media hora antes le habían estado viendo su mujer e hijos. Franca quiso que le hicieran la autopsia, el informe fue: infarto de miocardio con marcas de otro previo.
Y fue entonces, y sólo entonces, cuando Franca comprendió que su padre había sido la gran víctima, que por mucho que les hubiera dañado a ellos, él había tenido que vivir toda su vida dentro, y a las puertas, del infierno. Falleció con 64 años y dos días después fue su entierro, ese día, 34 años antes, nacía Franca.

La vida es excesivamente injusta para determinadas personas, no les ofrece tregua alguna, vienen a este mundo con un lacre marcado del que no se separarán nunca.

Carpe Diem. PAQUITA

3 comentarios:

Fernando dijo...

Hola Paquita, muchisimas gracias por tus visitas y por la información relativa a las setas y a la foto de la hoja de roble :-D

Últimamente estoy liadillo con varias cosas y no doy muchas señales de vida, pero sigo vivo :-). Los blogs los sigo leyendo, aunque de forma más exporádica.

Muchos saludos

Anónimo dijo...

Franca está haciendo un ejercicio de recuperación de su memoria histórica particular. Como todos estos ejercicios: doloroso.
Epv

Anónimo dijo...

Con la enfermedad mental padecen todo, el enfermo y los que están alrededor. Es simplemente terrible. Además eso solo se entiende cuando se ha tenido cerca y por supuesto de adulto. Para los demás es inimaginable.

Besos Paquita.