* En un texto que publiqué no hace mucho y en el que se mencionaba la Peña Ruaba hice la observación de que ¡yo había estado allí! Bien, pues he vuelto. He vuelto a Aragón y a la peña... he vuelto de ambos, a mi casa, la de mis hijos, a Madrid -Getafe- desde donde escribo.
Nos amanece un domingo de lujo, el cielo está luminoso y echaremos en falta en el transcurso del día alguna nubecilla que ensombreciera... que nos "ensombrara", que nos hiciera sombra ¡vaya!.
Hemos quedado con otro pareja zaragozana, Isabel y Fernando; desde Ayerbe nos dirigimos a Murillo de Gállego, allí nos adentramos en el camino a las balsas de agua y algo más adelante se encuentra el ensanche en que dejamos los vehículos. Momento de la separación, las mujeres se quedan los hombres nos vamos ¿? quiero decir, mi parte masculina se impone como tantas veces y como estaba previsto iniciamos el acercamiento a la Peña Ruaba. La pendiente no es excesiva, andamos entre pequeños pinos, bojes, jaras "no pringosas" = jara alba -verde claro y con pelillo-, enebros, romero, lavandas...
4.- Subiendo por las "grapas" y asegurados por la línea de vida.
* Una vez cercanos a la pared de la peña giramos a la izquierda -la vez anterior, hace un año, hicimos la inversa-. La vegetación gana en altura y se hace más densa. Nos dirigimos hacia un paso en la pared visible desde donde estamos y que la cruza en diagonal. Paso de Varella Portillo leo ahora que se llama, cara oeste de Peña Ruaba. Tras subirlo y ascender por una incómoda glera -roca descompuesta y en pendiente- nos situamos al pie de la ferrata en sentido estricto -"lugar con hierros" preparado artificialmente con "Ues" a modo de escalera y "Líneas de Vida" para asegurar la integridad física de los expedicionarios-. Aquí nos equipamos los cinco, arnés, casco...
5.- En la cumbre de los riscos. Mallos de Agüero, frente a pueblo de su nombre.
* Es más duro -subiendo- de lo que supuse cuando la bajé, exigente es la palabra que utiliza Fernando. Exigente y quizá por eso gratificante. Hay que tener fuerza y ningún vértigo. La parte más bonita para mí será cuando lleguemos a los riscos, la más aérea pero no la mas arriesgada.
6.- En línea con los riscos.
* Allí se ve en círculo, a nuestra izda. los Pirineos, a la derecha la Hoya de Huesca y un gran embalse, cercano a Almudévar me dicen, su nombre: La Sotonera. El punto más alto (1.193m.) ya está cerca, la visión de los Mallos de Riglos desde aquí es diferente a la habitual, la que tenemos desde casa de Jose-Mari y Pilar.
7.- En imagen, además de los Mallos de Riglos, Blas y yo = Paquita.
* La parte alta es plana y se encamina hacia el sur, por donde bajaremos. De nuevo ferrata, esta vez la de La Mora. Como me pasara con la anterior, también ésta la encuentro más dura de lo recordado. Tiene menos pendiente que la que acabamos de subir pero el inconveniente de que en bajada vas de espalda al monte, tienes menos apreciación del lugar idóneo en qué poner los pies. Eso sin entrar en honduras de otras limitaciones. Al llegar a la base del mallo más próximo al río Gállego, el más despegado de la peña, pararemos para comer... para comer yo, que los demás ya lo hicieron antes. Unos cuantos tramos más de ferrata, llegada a la senda fácil, nos acercamos al punto en que nos desviamos en la mañana y... en ¿un cuarto de hora? estamos en el vehículo y nos espera un premio ¡cervezas! -las trajo Fernando en una nevera-.
Duración del recorrido: 5h. y media (de 10 a 15h. 30´)
Detalles técnicos podéis encontrar en la red sobre dificultad, longitud...
ESTO, la subida de fotos, es FRUTO de las enseñanzas de Cosmo .
Muchas gracias: PAQUITA
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