https://vsf.org.es/vsf-destapa-el-entramado-de-intereses-entre-la-administracion-publica-y-la-industria-alimentaria 21/07/2015
En
VSF (Veterinarios sin Fronteras) hemos propuesto un cambio de imagen al Ministerio de Sanidad.
Frente a la puerta principal, un cartel del Ministerio simulando el
logotipo de una conocida marca de refrescos denunciaba la continua y
escandalosa colaboración de los organismos públicos con la industria
alimentaria. La denuncia a pie de calle ha ido acompañada de la
presentación del informe
“Confiad en mí. Puertas giratorias, conflictos de intereses y amistades
peligrosas entre la industria alimentaria y los organismos de salud”
con el objetivo de exponer el sofisticado entramado del lobby
alimentario creado a lo largo de los últimos veinte años.
La mala alimentación y las enfermedades asociadas representan, hoy en
día, el primer problema de salud del Estado español. Ante un problema
de tal magnitud, las administraciones públicas deberían contar un plan
que identificara las causas, atajara el problema y pusiera en marcha
soluciones efectivas. Sin embargo, el estudio no solo demuestra la
inactividad por parte de la administración para solucionar este
problema, sino cómo el Estado se ha convertido en un aliado natural de
la industria para el diseño y ejecución de políticas públicas totalmente
contrarias al interés de los ciudadanos.
Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad
Tal y como revela el informe, la industria ha creado una narrativa
que, gracias a buenas campañas de marketing y a la ayuda de distintas
fundaciones y organizaciones públicas y privadas, se ha ido repitiendo
hasta que la sociedad la ha interiorizado. Los mensajes más utilizados
han ido orientados a culpabilizar al individuo por tratarse de un
problema de malos hábitos, de dieta desequilibrada y de falta de
ejercicio. Otro de los mensajes ha sido que “no hay alimentos buenos ni
malos, todo depende del conjunto de la dieta”, y si esto no lo afirma
Nutrexpa o Bimbo, sino una universidad de prestigio, tiene mucha más
fuerza. De manera alineada, estas empresas logran lo que con seguridad
no podrían alcanzar por separado. De hecho, la mayoría de las grandes
empresas alimentarias que contribuyen con sus productos a la mala
alimentación han conseguido ligar su imagen a la salud. Para ello, la
colaboración de la administración pública y las organizaciones médicas
ha sido clave. Las empresas agroalimentarias saben que, en la batalla de
la opinión pública, es esencial que sus argumentos estén respaldados
por organismos, entidades o personas que suenen a científicos.
El quién es quién y sus herramientas
El informe expone quiénes son los actores de la agroindustria y las
principales herramientas que utilizan para lograr sus objetivos. Entre
ellos destacan los patrocinios de cátedras universitarias, la creación
de centros de estudio vinculados a la administración, el pago de
investigaciones científicas; la colocación de gente afín en puestos
clave (con sus nombres y apellidos), las visitas a profesionales de la
salud, los convenios de colaboración con medios de comunicación y la
creación de campañas conjuntas con las administraciones.
El sobrepeso y la obesidad, dos problemas en aumento
Una de cada tres personas en el mundo padece obesidad, un 23 % más
que en 1980. Por primera vez en la historia, a nivel mundial existen más
personas afectadas de mala alimentación que de hambre y subnutrición.
Actualmente, 1.400 millones de personas en el mundo padecen obesidad o
sobrepeso y este trastorno alimenticio se cobra 3,4 millones de vidas al
año. En Europa, la cifra se eleva al 58 %, es decir, una de cada dos.
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE), en España el sobrepeso afecta al 55 % de la población
y la obesidad, al 17 %. Lo más alarmante es que las estimaciones de
sobrepeso en diferentes países indican que la pandemia sigue creciendo.
La estrategia recomendada por la OMS, y aplicada por otros países de
Europa, consiste en la implantación de distintas medidas, como el
control de la publicidad de alimentos insanos dirigidos al público
infantil, un etiquetado nutricional claro y la aplicación de políticas
fiscales que sean coherentes con las políticas sanitarias, con el fin de
favorecer los alimentos que deben formar parte de una dieta sana y
equilibrada y penalizar los alimentos insanos.
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OTRO ASUNTO. Hoy en Perroflautas del Mundo: Al Gobierno le entran las prisas: aprobará una ley cada dos días, antes de echar el cierre
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