En poco más de una hora, su voz temblorosa sacudió conciencias. La de los políticos y los medios de comunicación allí presentes, sin duda. Hasta donde alcanza la memoria fue el de Pilar Manjón el discurso más estremecedor escuchado jamás en el Parlamento. El desgarro y la verdad habitaron en aquellas palabras que exigían verdad, perdón y asunción de responsabilidades. Desde la aflicción, pero también desde la indignación por el uso partidista de la tragedia. Aquella mujer vestida de negro, demacrada y rota por la pérdida del hijo, desmontó la farsa que el PP y algunos de sus medios afines representaron durante los meses posteriores a los trágicos atentados del 11M: 193 muertos y más de 1.500 heridos. Mucho más que dos cifras.