Querida comunidad contextataria:
“La victoria es volver a casa”. Con esta frase podría resumirse el sentimiento de alivio que desprende la crónica que ha escrito Marta Maroto desde Dahie, en Beirut. Allí ha vivido la jornada tras el anuncio del alto el fuego en el Líbano, que devuelve la esperanza a muchísimas personas que lo habían perdido todo. La ofensiva de un Israel desatado al comprobar que puede cometer un genocidio con total impunidad ha dejado allí más de 3.800 muertos y un millón doscientos mil desplazados.
Ante la sangrante inacción de la comunidad internacional, organizaciones como la Internacional Progresista intentan hacer algo de fuerza. A través del “Watermelon Index”, la IP ha elaborado “una base de datos de empresas cómplices de los crímenes israelíes y de campañas obreras contra ellas”. El objetivo es capacitar a los y las trabajadoras para coordinar campañas de boicot.
En Ucrania, la escalada bélica sigue aumentando con el ataque ruso a la fábrica de misiles Yuzhmash, en la ciudad de Dnipró. Rafael Poch la visitó hace tres décadas, así que nadie mejor que él para explicar la relevancia que tiene esta acción en el conflicto. Además, la utilización de misiles supersónicos Oreshnik es una muestra de fuerza que tiene “eufóricos” a “políticos y comunicadores rusos”.
El pasado lunes fue 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Paula Ruiz y Érika Bejerano hicieron un repaso de cómo impactan las violencias y desigualdades de género en tres ámbitos: la esfera privada, la laboral y la pública y política.
Ese mismo día publicamos un texto de la Comisión de Género de la Cinétika, que propone un enfoque de las violencias de género que deje a un lado las instituciones del Estado y, en un antipunitivismo radical, apueste por la reparación: la “justicia transformativa”. Se trata de un abordaje que “busca transformar las condiciones estructurales y contextuales que dieron lugar a la violencia en un primer momento”.
No hace falta ser un experto en cuestiones legales para entender esa intención de no confiarlo todo a un aparato policial y judicial expuesto con finura en esta crónica de Xosé Manuel Pereiro sobre el juicio por el asesinato homófobo de Samuel Luiz Muñiz: “Quien se retrató en la sala de vistas de la Audiencia Provincial de A Coruña (...) no fueron solamente los ya condenados, sino también los abogados que participaron, los procedimientos policiales, los testigos y, en general, la sociedad actual”, asegura.
A Jesús López-Medel también le preocupa lo que está ocurriendo en el Poder Judicial, cuyos miembros se ven, demasiadas veces, legitimados “a colocarse por encima de los otros poderes, o incluso de la ley”, según cuenta.
No os quitéis todavía la pinza de la nariz, que seguimos con el tufo a rancio. Ya lo siento. El magistrado Eloy Velasco ha demostrado que, en muchas ocasiones, solo hay que dejarles hablar para que estos ultraderechistas con toga se delaten a sí mismos. Si tenéis la suerte de no saber de qué estoy hablando, pasad al siguiente párrafo y no os intoxiquéis con la basura que suelta por la boca Velasc… uy, perdón, que yo tenía que recomendaros la columna de Gerardo Tecé sobre el tema.
¡Pero hay juristas buenos! Para muestra, los y las que han conformado, junto con periodistas e intelectuales, el grupo de demandantes que han presentado una querella contra el rey emérito ante el Tribunal Supremo. Se le acusa de delito agravado contra la Hacienda pública. Hemos abierto la posibilidad de que mostréis vuestro apoyo a la querella a través de este formulario.
Venga, que al final remontamos el mal rollo con el que ha empezado este paseo. Con ese propósito volvemos, cómo no, a Gerardo Tecé, que ha ficcionado con maestría el supuesto ataque socialcomunista bolivariano sufrido por Pablo Motos, un pobre extorsionador que solo quiere que le dejen ejercer sus presiones tranquilo. “Ya lo tengo, Deivi, dijo Sánchez al otro lado del teléfono, e informó a Broncano de que en ese mismo momento se activaría la Operación Berrea”. No os lo perdáis.
Más cosas bonitas. Hemos publicado un libro que es, en realidad, un retrato coral de lo que significa CTXT para quienes estamos o hemos estado ligadas de alguna forma a esta utopía periodística. El resultado es precioso y muy emocionante, os lo aseguro. Pero si no me creéis, estamos publicando en abierto algunos de los capítulos; esta semana, además, estáis de suerte, porque tocan los de Elena de Sus y Álex Blasco, periodistas excepcionales y más excepcionales personas. Puro CTXT en ambos casos.
En el apartado cultural destaca esta interesante entrevista de Esther Peñas a Adriana Cavarero, filósofa inmersa en una labor de resignificación de las figuras femeninas presentes en la obra de Platón. “Los hombres nunca han extendido espontáneamente el principio de igualdad a las mujeres, se han visto obligados a hacerlo”, explica.
Por su parte, Ibai Cantero propone una reflexión acerca de si es posible escribir en un mundo tan profundamente corrupto: “¿Cómo armonizar literatura y genocidio?”, se –y nos– cuestiona; mientras que Jesús Cuéllar ha charlado con Sandra Romero sobre su primer largometraje, Por donde pasa el silencio, en el que trata temas como los cuidados intrafamiliares o la necesidad de visibilizar la clase.
Antes de cerrar este paseo, y aprovechando que estamos en pleno Black Friday, me gustaría animaros a leer este observatorio sobre el impacto del consumismo en el sector textil. Un dato: en España generamos, cada año, 20kg de residuos textiles por persona.
Hasta aquí la semana. Ojalá tengáis un feliz cierre de noviembre y encaréis el final de este 2024 con salud y rodeadas de vuestra gente. Os recuerdo que podéis leer más en nuestra portada, contactar con nosotras en info@ctxt.es y seguir toda nuestra actividad en Bluesky, Mastodon, Instagram, YouTube, Facebook y Telegram.
Un abrazo de parte de todo el equipo,
Diego Delgado
No hay comentarios:
Publicar un comentario