Estuve allí, no lo había pensado, puesto que, supuestamente aún tenía vacaciones, pero, ya que Pura y Abel nos lo dijeron, no lo eludimos.
Y fuimos, y también quedamos con Marcelo y Rosa en el Portillo de Embajadores, y desde allí nos encaminamos a Colón. Eran las 5 y cuarto de la tarde. La cita: a las 6; teníamos tiempo.
Por la Ronda de Valencia se veían pequeños grupos de gente, que fueron acrecentándose a medida que nos acercábamos a la Glorieta de Atocha -llamada también de Carlos V- de allí al Paseo del Prado, ya por el medio -tenían cortado el tráfico de vehículos-, pasamos Neptuno y continuamos a Cibeles -la circulación se iba haciendo cada vez más complicada-. En este punto el Paseo de Recoletos estaba compactado, por lo que nos metimos por el lateral derecho con idea de acercarnos a la cabeza de la manifestación. Misión imposible, o casi, los tenían acordonados por el servicio de orden de la propia organización y el mogollón de personal que apretaba filas por todas partes. Con todo, pudimos ver a Saramago, a Almudena Grandes, a los dirigentes sindicales Méndez y Fidalgo y poco más, considerando la luz que cada vez era más baja y la precariedad de nuestra posición.
Les acompañamos algo del recorrido y luego, directos a la Puerta de Alcalá, para encontrar un sitio con buena visibilidad, cosa difícil porque la pancarta cubría gran parte de la glorieta.
Nos apalancamos junto a uno de los andamiajes colocados por los servicios informativos alrededor de la misma. Y esperamos, tranquílamente, con la convicción de que, cuanto más tardaran significaría que más numerosa es la misma y, por lo tanto, más dificultad tiene en desplazarse.
He de decir que, en las manifestaciones a las que he acudido, es la única ocasión en que me siento orgullosa de sentirme masa, de formar parte de las "masas".
Serían las 7 y media cuando llegó la cabecera y leyeron el comunicado: Almudena Grandes y otra muchacha de nombre Rocío, sudamericana ella, supongo que ecuatoriana, puesto que la convocatoria partió de dicho colectivo.
¿Número de participantes? Lo ignoro aún, saldré ahora a comprar el periódico, sólo sé que en la Puerta de Alcalá y sus calles adyacentes estábamos al completo y oí decir que llegaban a Colón.
La composición era plural, gente mayor y menos mayor, mujeres y hombres, gente con cara de no participar nunca en estos eventos, gente.
Y vimos a Nicolás Sartorius -autor de "La memoria insumisa"- como uno más, yéndose como nosotros por Alfonso XII.
PAQUITA
1 comentario:
Que complicado es todo, hasta hace unos dias estaba muy esperanzado con ese tema. Ahora me siento decepcionado y cabrado. Decepcionado porque de veras pensé que podía llegar el final de esta..., cabreado por ver como se hace política desde las vísceras, el rencor y la demagogia.
Que mal.
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