enero 16, 2009

Hotel Intercontinental, Cacerolada (8.11)y ¿engaño?

Cuando me iba acercando al hotel Intercontinental ya empecé a escucher los pitidos y la cacharrada. En la parte más alta, la cara norte -bajé desde Nuevos Ministerios- la gente estaba totalmente apelotonada, mucha policía custodiando que no se bajaran de la acera, dejando libre la zona de paso a automóviles. Me incorporé al grupo sacando los útiles llevados al efecto, sartén en desuso y clavija de acero corrugado que encontré en el garage. Había desde veinteañeros hasta cincuentones/sesentones. Calculo que alrededor de 200/300 personas -a voleo-. La puerta del hotel estaba franqueada de policías, como una docena -dato fiable- y "lecheras"... alrededor de ocho, puede que más. Entre los carteles exhibidos por los manifestantes se podía leer: "Lanzada en Gaza" -con soporte en forma de bomba-, "No es una guerra, es un Genocidio", otro del que no recuerdo el texto íntegro pero que aludía a la posible conjura Bin Laden/Bush y la duda sobre la autoría del 11/S y... no se me vienen más a la cabeza en este momento.
Tuve cerca -al lado- una periodista que conocía la zona -Gaza-. Media hora después decidí recorrer el gentío para evaluar su composición. Al final -la cara sur- unos jóvenes sostenían una gran bandera palestina en horizontal -unos 4x8 metros-. En estas estaba cuando, de pronto, un señor que llevaba un megáfono comenzó a decir algo. Al principio no se le entendía por el ruido que producía la Manifestación/Cacerolada, ... algo de irse a Cibeles, pregunto a otros el porqué de la propuesta y ¡ni idea! pienso que es un espontáneo que habla en su propio nombre, pero volviendo sobre mis pasos aparece otro, con megáfono también, que dice algo así como que "vayamos hacia Cibeles y Puerta del Sol puesto que la reunión no se ha llevado a efecto, allí no hacemos nada y, al paso, engrosamos el colectivo de Amnistía Internacional que se encuentra en Sol". La gente comienza a moverse y... donde estuve inicialmente no quedan más que media docena de personas con cara de desconcierto. Una de ellas, mujer de rasgos orientales -del oriente cercano-, algo más joven que yo, con grandes ojeras y vestida con hábito negro y pañuelo a la cabeza del mismo color, está indignada, le pregunto y me dice que ha visto llegar unos veinte taxis, uno detrás de otro, que sí están reunidos dentro los participantes de la comisión comercial -este nombre se lo pongo yo a falta de otro, en este instante- hispano/israelí. Que en París si consiguieron -los manifestantes- abortar la reunión, y "aquí nos han engañado" y "hemos picado". Se acerca uno de los convocantes, dice ser de la Asociación Hispano/Palestina (es que se lo pregunté), intenta consolar a la mujer diciéndole que "al menos ha durado una hora". Aventuro que si "alguien" hubiera estado en el interior esta confusión no se hubiera provocado, además de que la voz cantante la debieron tener ellos y no los individuos de procedencia "desconocida". Hablan de organizarse mejor para las futuras ocasiones. Me despido y enfilo hacia Cibeles. Al llegar a la Plaza de Colón se escuchan ruidos dispersos, la policía los ha acompañado en todo el camino y los últimos están atravesando la calzada en línea recta hasta el Paseo de Recoletos, entre los coches que están parados ¡lo que tiene el llevar escolta! Hago lo propio.
Como ando ligero, al poco estoy casi en la cabeza de la "cacharrada" dejando Cibeles a la izquierda y subiendo por Alcalá. Reconozco a una de las que tuve próxima, le comento lo pasado y ella a su vez, entre otras cosas, me dice que trabaja en la Cruz Roja y confirma lo escuchado sobre la imposibilidad de introducir material sanitario en Gaza para auxiliar a los heridos: plasma, esas cosas. Subimos hacia Sol y al llegar allí veo a ¡Sara! Sí, está acompañada de otra muchacha, compañera de carrera, de nombre Eleni. Permanecemos juntas hasta cerca de las 10 de la noche, colaboramos en la "ruidera" y cuando estimamos acabado, al menos para nosotras, el asunto nos dirigimos hacia Antón Martín, "concretamente al Bar Las Horas, conocida por ellas, desconocido por mí. Una cerveza -per cápita-, dejamos a Eleni en el metro y nosotras a Atocha -bajamos por Santa Isabel que va recto- Doré a la izquierda (Filmoteca Nacional)... Reina Sofía a la derecha (museo nacional de arte contemporáneo) y a coger el tren, destino: Getafe.

(Papá me llamó al movil a eso de las 10 y media, le dije donde y con quien estaba y que llegaríamos en tres cuartos de hora.
A las 11 y media ya estaba en casa. Besos mi niña, espero que no te resulte excesivamente prolija la narración de lo sucedido. Hasta otra: MAMÁ)

PAQUITA

1 comentario:

Elena dijo...

Seguro que tu niña está muy orgullosa de tí. ¿acaso el orgullo es generacional hacia abajo? pues no querida Paquita, ja,ja,ja...

un beso.