Publicado por René el lunes 24 de noviembre de 2008 andikeepwalking.blogspot.com En su boca pone palabras a algo que hemos pensado todos ¿todos? los que nos sumergimos en este mundo nuevo, nuevo a pesar de que que lleve algunos años, pocos años. PAQUITA
A veces hace falta convertirte en alguien anónimo.
Es algo que por un momento se me había olvidado. Durante unos días anduve considerando la posibilidad de abrir un poco más la puerta. Sincerarme más y decir: "bienvenidos a mi vida". Pero si la presión ante absolutos desconocidos ya existe, y cualquier comentario malintencionado amparado en el anonimato puede molestar, cómo será que absolutos desconocidos examinen detalles personales de tu vida, se puedan permitir el lujo de opinar, hayan tenido un mal día y se dejen caer a defecar en tus difuntos, porque sí, porque ya les caías mal de antes, porque, a lo mejor, has hablado bien de un escritor que él o ella detestan, o has puesto a caldo a algún aspirante a escritor del que él o ella guarda celosamente cada ejemplar y edición especial ampliada con ilustraciones, y dice "ahora ti váh a enterar" y descarga una diarrea verbal malsana y absurda que te deja el blog perdido.
También los hay que te dejan comentarios personales que intentan ir a la raiz de las cosas y pretenden "ayudar", cuando una a lo mejor no quiere o no necesita "ayuda". Hay quienes te sugieren que cambies de tema y hables de esto o aquello, o quienes se ponen en plan prepotente y, queriendo demostrar que saben más que nadie, o al menos, más que tú, te dejan un comentario sentencioso, que curiosamente por lo general está plagado de lugares comunes y frases hechas.
Me libré de mucha de esta basura haciendo un blog "para los colegas" y sobre todo, no hablando de cosas demasiado personales. Porque es cuando hablas de cosas así que se te tiran a la yugular, ávidos vampiros de sentimientos que a lo mejor en su vida faltan, jueces absolutos de situaciones que han tenido la suerte de no vivir (todavía), guardianes de lo establecido jurando nadar a contracorriente, irresponsables o sencillamente despistados ocasionales.
Y no hablo ya de los que te leen, y piensan "qué mema" "qué idiota" "qué puta", pero no lo escriben.
De ningún modo podría exponer mi vida a eso.
1 comentario:
Ya se lo comenté allí mismo a René:
"Pues sí, es una pena pero a veces hay que ser anónimo. Sobre todo cuando uno quiere ser sincero pero hay quien se aprovecha de ello para insultar, para promocionarse o para salvar a quien no quiere ser salvado."
En realidad cada uno tiene que elegir lo que más le satisface y menos problemas le causa.
Besos.
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