De Enrique Sabaté, el Domingo, 22 de mayo de 2011 a las 3:04, copiado de su página de facebook.
Se extrañan, verá usted, de que se indignen,
aquellos que les sufren en silencio
y digan con pacíficas palabras
que pasan de los dichos a los hechos.
Se asombra en su sofá su señoría
que el sol esté alumbrando a tanta gente
y no se muestren todos fascinados
con esta pantomima que se ofrece;
anímese y proclame como ellos,
usted que los contempla displicente,
soñando, si es que puede, imaginarios
posibles, realidades más decentes.
Discúlpeme si chocan mis razones
con tanto privilegio del de siempre.
Convenga que resulta fastidioso
este pasar la bola y esconderse,
diciendo que la culpa es de los otros,
ladrando a voz en cuello sin morderse;
permítanos, sin miedo, a que se hable
de olvidos y ambiciones en roquete,
de deudas y favores pagaderos
por todos los que nos llamamos gente,
y más, y mucho más que usted sabría
si no pavonease sus laureles,
que aclaro por si existe alguna duda
que sale del bolsillo de…ya entiende,
bajando un rato al suelo ciudadano
que el polvo de la calle es medio ambiente,
en fin que usted y yo somos iguales
o al menos nuestros genes se parecen;
funciona esta razón según se cuenta
si dos desconocidos se comprenden.
No quiero que le aburran mis penurias
mentales y mis muchos caracteres
Se sabe, muchedumbres en la plaza,
en la revolución o se divierten;
tampoco piense usted que me despido
mañana a medianoche allí me tiene.
Paquita Caminante dijo...
Cómo sabes reunir con tus palabras los hechos, realidades, de tanta gente
hace unos segundos.
1 comentario:
Gracias Paquita, una enfermedad me ha tenido en cama y no me he acercado a Sol y ya me hubiera gustado. Hay algo en el trasfondo de todo esto, o yo lo veo así al menos, y es la toma de conciencia de una vez por todas de que este no es el camino. No el de agotarlo todo y querer sacar el mayor beneficio en el menor tiempo posible, no tenemos ni recursos suficientes ni estómago para dejarnos convertir en peleles con derecho a voto pero sin voz. Se juega la posibilidad de mañana. Otra de las enseñanzas es que aunque las palabras no derriben los muros, cuando dejan al descubierto la razón, abren las puertas.
Salud.
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