Indicado por Emilio Bercial, el 19/8/2018
https://puntosinapsis.wordpress.com/2017/12/21/la-historia-desconocida-de-los-campos-de-concentracion-franceses-despues-de-la-caida-de-la-republica-espanola/
Durante los tres años de la Guerra Civil Española, el ejército
sublevado fue avanzando hacia el noreste del país, causando una terrible
represión que originó la desbandada hacia la frontera francesa de los
partidarios de la República que se replegaban de los territorios que
iban perdiendo, y de la población civil que huía aterrorizada. Todos
ellos escapaban esperanzados, creyendo entrar en territorio amigo…
El Gobierno francés presidido por Edouard Daladier, decidió cerrar la
frontera con España el 26 de febrero de 1938 y, ante la presión de la
opinión publica internacional, autorizó su apertura el 5 de febrero de
1939. Con referencia evidente a los refugiados españoles, el 12 de
noviembre de 1938 promulgó el decreto ley de reclusión administrativa
para los “Indeseables extranjeros”, que
tenia la particularidad de permitir arrestar e internar a personas, no
por sus crímenes o delitos cometidos, sino por el peligro que pudiesen
representar para el Estado…
A principios de febrero de 1939, más de 550.000 españoles inician el
éxodo hacia la frontera pirenaica, y son aglutinados en estos “Campos de
la Vergüenza”. El 25 de febrero, con el fin de obtener la neutralidad
española, se firmó el Acuerdo Bérard-Jordana, por el que Francia reconocía al gobierno franquista e intercambiaba embajadores.
En todos los campos de concentración de Francia se encerró a todas
las categorías de los considerados “indeseables”: civiles y republicanos
españoles, voluntarios de las Brigadas Internacionales, comunistas
franceses, gitanos, exiliados sin papeles, judíos e incluso resistentes
franceses. Las condiciones de “vida” eran inhumanas y el trato
degradante y cargado de menosprecio moral y material. A los prisioneros
apenas se les daba comida, y nunca se les ofreció agua potable (bebían
agua salada del mar) ni ropa de abrigo. Muchos perecieron víctimas del
hambre, la humedad, el frío y enfermedades (disentería, tifus y sarna).
Como en otros campos, y a pesar de las penurias, los refugiados se
organizaron para realizar actividades culturales, donde llevaban a cabo
aquellas que las circunstancias les permitían. Según el testimonio de
Ángel Sanz Bocos, “Vallecas”, piloto de caza de la República, los
Brigadas Internacionales, que eran mucho más organizados, eran los que
promovían este objetivo para levantar el estado anímico del colectivo.
(CONTINUAR EN EL ENLACE DE ARRIBA)
Fuente:
Asociación de Aviadores de la República
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