Jose Eduardo Gimeno Garcia ha compartido la publicación de Y la cabra tiró al monte.
Más protección, más garantías, más respeto, más participación, más dignidad, más igualdad. No solo para los agricultores, también para los ganaderos, los indígenas, los pescadores, los pueblos
nómadas y las personas que viven en zonas rurales. Más derechos para el
acceso a la tierra y a los recursos naturales, para la gestión de las
semillas tradicionales, para la gobernanza, para los empleados migrantes
y temporeros. Para los hombres, y con incidencia, para las mujeres que
trabajan en los pueblos y que pueden garantizar la seguridad alimentaria
y contribuir a la biodiversidad...
El documento fomenta la seguridad alimentaria y reconoce la contribución de las poblaciones rurales y los pueblos indígenas a la biodiversidad. Ángeles Lucas Roma
... Estos son algunos de los principios que recoge la Declaración sobre los derechos de los campesinos y otras personas que trabajan en zonas rurales recién aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en una resolución. Un texto que promovió el movimiento internacional Vía Campesina desde que celebraran el primer congreso en 2001 en Indonesia hasta este 2018, con este documento que consideran "histórico", y que ahora se pone a disposición de los países del mundo. "Es un reconocimiento a nuestro rol en la lucha contra el hambre, por la mitigación del cambio climático, para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y por la soberanía alimentaria", destaca Diego Montón, delegado del colectivo en América Latina.
La ONU reconoce en la resolución que los campesinos y otras personas
que trabajan en las zonas rurales (...) se enfrentan a la despoblación y el
envejecimiento de sus regiones, que requieren más ayudas e inversiones (...). Resalta
también que le preocupa la especulación sobre los alimentos, la
distribución desequilibrada de los sistemas alimentarios y las
desiguales relaciones de poder en las cadenas de valor, entre otros.
"Los campesinos se enfrentan a situaciones extremas que se ven agravadas
por un desequilibrio de poder en las relaciones económicas. Ellos
alimentan al mundo, pero el disfrute de sus derechos humanos se ve
amenazado, incluyendo su propio derecho a la alimentación", ha declarado la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, tras la aprobación del texto.
"Es una gran victoria del mundo rural frente al mercantilismo imperante. Es un documento importante para frenar la mercantilización y el oligopolio de los alimentos utilizados como mercancía, y la concentración del poder de su distribución en unas pocas manos.(...)
"Es una gran victoria del mundo rural frente al mercantilismo imperante. Es un documento importante para frenar la mercantilización y el oligopolio de los alimentos utilizados como mercancía, y la concentración del poder de su distribución en unas pocas manos.(...)
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