mayo 26, 2007

TRISTES Y MISERABLES...(+ Xienra)

Publicado el sábado, 19 mayo de 2007 en el blog http://xienra.blogspirit.com/ 2007 de mi querido xienra . Un precioso relato, como todos los suyos.

TRISTES Y MISERABLES
Tenía ocho años el día que la vieja radio de la Posada Calderón anunció el final de la contienda. Pero ya desde mucho antes de aquel anuncio las noches ocultaban la barbarie. Los primeros camiones se dejaban sentir en cuanto el sol se ponía. Desde la ventana de la habitación donde dormían los siete hermanos, se divisaba en el horizonte no demasiado lejano, la antigua carretera de Mieres que ascendía por San salvador. En aquella ascensión, los motores de los viejos camiones militares rugían casi desesperadamente para poder superar la pendiente. En la distancia, se divisaban perfectamente los haces de la luz de sus focos que dibujaban en la oscuridad curiosas estelas.- Vega,…. ¿que haces?, vamos acuéstate que Padre va a enfadarse si nos oye despiertos.- ¡Mira ya suben otra vez….!Los dos hermanos mayores, de puntillas para alcanzar el alfeizar de la ventana, seguían el rastro de los destellos, que acababan perdiéndose en el silencio, como un mal presagio. Sin duda, los sentenciados habían llegado a su último destino. Unos instantes después, el ruido no dejaba dudas: Ratatatatatatatatatata… Ratatatatatatatata. Un breve silencio y de nuevo el terror se colaba por los oídos, esta vez de uno en uno: ¡Pum!, y seguía un silencio breve...; ¡Pum! y otro silencio breve...; ¡Pum! y otro silencio...; ¡Pum! y otro; ¡Pum!...y otro más….La secuencia volvía a repetirse completa una y otra vez, noche tras noche. Solo descansaban los domingos, que como todo el mundo sabía, era fiesta de guardar. La macabra liturgia se repitió con tanta frecuencia, que llegó a formar parte de la normalidad de aquellos días tristes y miserables.A veces, el pequeño Vega era incapaz de conciliar el sueño, porque los camiones seguían su ruta hacia la muerte hasta bien entrada la noche. Así que, para poder dormirse, se tapaba los oídos, cerraba los ojos e intentaba, sin demasiado éxito, recordar el rostro dulce de su madre.
(Mi padre me contó esta historia hace algunos años, un día que, paseando por el lugar donde estaba la vieja casa de la familia, le sorprendí con la mirada perdida en el horizonte de San Salvador. Hoy he desayunado con esta noticia,alrededor de 21000 personas ocupan todavía 70 fosas comunes en Asturias, víctimas de la guerra y de la salvaje represión que tras la misma tuvo lugar. Sigo sin entender muy bien que es lo que impide que aquellas familias que lo deseen puedan recuperar los restos de sus familiares asesinados, ni que tipo de reconciliación puede verse amenazada por ello)

2 comentarios:

ybris dijo...

Precioso relato.
Muchos como ese tenemos oído los que nacimos con el olor aún a pólvora en los pañales.
Ninguna reconciliación se ve amenazada con eso.
Sólo el orgullo de algunos por no querer reconocer que aquello fue una sublevación militar contra un poder legítimo.

Abrazos

Anónimo dijo...

La otra vez que me enlazaste no pude darte las gracias, así que hoy dobles...

Besos