DECLARACIÓN de INTENCIONES: Dirigida a aquellos Lectores Potenciales que, al entrar en la lectura de estas Mis Criaturas, sientan que no les gusta y ni siquiera les divierte. Abandonen de inmediato. Estas páginas están concebidas para Mi Memoria, mi Divertimento y el de Unos Pocos. Si tú no estás en este segundo grupo, yo no soy la persona adecuada para ti, deja esto y date una vuelta; seguro hallarás lo que buscas *** VER http://perrosflautadelmundo.blogspot.com.es/
agosto 29, 2017
Un parásito extermina uno de los moluscos más grandes del mundo
Las nacras alcanzan los 120 centímetros y llegan a vivir casi 30 años.Junta de Andalucía / EPV
La ecóloga marina Maite Vázquez
está conmocionada. Acaba de regresar de una campaña de investigación en
el archipiélago de Cabrera, en Islas Baleares. El paraje fue declarado
Parque Nacional por esconder los fondos marinos mejor conservados de las
costas españolas. Una de sus joyas era la nacra,
uno de los moluscos bivalvos más grandes del mundo, tras la almeja
gigante. Similares a descomunales mejillones, las nacras alcanzan los
120 centímetros de longitud. Solo se encuentran en el Mediterráneo y,
como llegan a vivir casi 30 años, los submarinistas habituales casi las
conocen con nombre y apellidos.
“No hemos hallado ningún ejemplar vivo”, alerta Vázquez, del Centro Oceanográfico de Baleares. Antes, en la zona se contaban 38 nacras
monumentales por cada 100 metros cuadrados. La alarma no ha sonado solo
en Cabrera. En septiembre del año pasado empezó a detectarse la muerte
generalizada de las nacras en el litoral de Andalucía, Región de Murcia,
Comunidad Valenciana e Islas Baleares. La mortalidad llega
prácticamente al 100% en todas partes hasta las costas catalanas, el
actual límite de la peste. “Ya podemos hablar de catástrofe natural”,
sentencia la ecóloga.
Un parásito de una sola célula, de origen
desconocido, libera sus esporas en la glándula digestiva de las nacras
hasta que mueren de hambre
Durante meses, los expertos asistieron impotentes al misterioso
exterminio. Ahora, creen saber quién es el culpable: un protozoo
haplosporidio, un parásito de una sola célula que libera sus esporas en
la glándula digestiva de las nacras hasta que estas no pueden
alimentarse y mueren de hambre. El fondo marino está lleno de
gigantescos cadáveres del molusco.
La nacra se consideraba “vulnerable” en el Catálogo Español de
Especies Amenazadas, pero en marzo se acordó declararla “en peligro de
extinción” y ahora se tramita su “situación crítica”, según confirma un
portavoz del Ministerio de Medio Ambiente. “Esta declaración tendrá como
consecuencia que las obras y proyectos encaminados a la recuperación de
esta especie tendrán la consideración de interés general y su
tramitación tendrá carácter de urgencia”, explica la misma fuente.
La oceanógrafa Susana Darriba,
del Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino de Galicia,
vio nacras por primera vez el 3 de noviembre de 2016. Habituada a
analizar mejillones, almejas y berberechos gallegos, a su laboratorio de
Vilagarcía de Arousa (Pontevedra) llegaron cuatro enormes ejemplares de
nacra, enviados por las autoridades de la Comunidad Valenciana. “Tres
de ellas presentaban una infección impresionante, sistémica”, recuerda
Darriba. Su descubrimiento del parásito se acaba de publicar en la revista especializada Journal of Invertebrate Pathology. Otro laboratorio, del Gobierno balear, confirma el hallazgo en otras nacras.
El Ministerio de Medio Ambiente va a declarar la especie "en peligro crítico de extinción"
El Ministerio considera ahora “prioritario” encontrar ejemplares
vivos del molusco en las zonas devastadas por el parásito, para intentar
llevar a cabo programas de cría en cautividad de individuos
resistentes, para su reintroducción a largo plazo. La tarea no va a ser
sencilla. “Estamos alarmados por la extensión geográfica. No hay
precedentes. Te sientes espectadora de la extinción de una especie”,
explica Vázquez. Las autoridades han alertado de la emergencia a los
países vecinos, para que vigilen sus poblaciones de nacras.
El origen del parásito, por el momento, se desconoce. “Posiblemente
se trate de una especie desconocida. Puede que por cambios ambientales
se haya activado y ahora produzca esporas”, hipotetiza Darriba. La
oceanógrafa también plantea que el parásito pudo llegar en aguas de
lastre, con las que se recargan barcos vacíos para estabilizarlos. La
propagación de especies invasoras en aguas de lastre procedentes de otro
punto del planeta es un problema desde hace 120 años, cuando se
desarrollaron los buques con casco de acero. La globalización del
comercio ha agravado el problema.
Usadas como cenicero
“Es difícil encontrar una nacra viva en todo Alicante. Entre finales
de septiembre y principios de octubre, murió casi el 100%. Es un
auténtico desastre”, advierte el biólogo marino Santiago Jiménez,
del valenciano Instituto de Ecología Litoral. El investigador desconfía
del plan para criar en cautividad nacras con el fin de liberarlas en el
mar. “La única solución es que, poco a poco, se vaya repoblando el
fondo marino de forma natural”, opina.
Jiménez recuerda que, en las décadas de 1970 y 1980, los habitantes
de la isla de Tabarca, frente a la ciudad de Alicante, extraían las
nacras del océano para usar sus espectaculares conchas como adornos o
como ceniceros. El litoral quedó esquilmado. Pero cuando se creó la
Reserva Marina de la Isla de Tabarca, en 1986, la especie regresó y
volvió a colonizar la zona.
La extinción de la nacra supone la desaparición de un gran filtrador
de las aguas del Mediterráneo, que además actuaba como un pequeño
arrecife que daba soporte a 80 especies diferentes, según destaca
Jiménez. En el Imperio Romano, señala, ya se empleaban los sedosos
filamentos de la nacra para elaborar “seda del mar”, un tejido muy
apreciado. Si el nuevo parásito sigue avanzando, los restos de seda y
los ceniceros serán el único recuerdo de la especie, símbolo del
Mediterráneo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario