el pan, la sal y el vino,
el puño en alto; fuimos
famélica legión
fijando en las paredes con el terco
engrudo del vencido y la memoria,
carteles empapados de esperanza
en un mundo mejor, un mundo nuevo
sin dioses ni tiranos, sin señores,
esclavos ni fronteras.
Lo fuimos y lo somos
y siempre lo seremos
por mucho que ahora aquellos
que olvidaron, engreídos,
que para caminar hacia ese mundo
de todos para todos ni una sola
mujer, ni un solo hombre
debería ser más que primus inter pares,
nos traten como al lastre del que hay que deshacerse
para que avance firme y ligera la nave
camino de El Dorado
que vino a sustituir a la utopía.
Fuimos, seguimos siendo
todo aquello que ahora
arrojan por la borda
de la nave fantasma,
ellos, los nuevos lobos, los demonios
con piel de ángel y oveja, ellos, el lastre.
+ George Gonzalo ha compartido la publicación de Mariluz Santiago Molina.
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