Podemos llorar porque se ha ido o sonreir recordando lo vivido.
FOTO: Cecilia, a 27/5/1950, con 22 años.
Podemos hacer recuento de tantas cosas que ha dejado, como los asientos de las silla y del taburete que trenzó con sus hábiles manos. Y el cobertor de su sofá, al que siempre estaba poniendo remiendos. La última vez justo antes de caer mala, en junio pasado.
Estos últimos días tenía malos sueños, no sé si por la enfermedad o por la medicación.
Tan pronto llamaba a su padre y a su madre, como clamaba justicia o pedía una escalera.
Ya, en el hospital, sólo fueron unas horas, estuvo más tranquila. Tuvo un momento en que me llamó Mi pequeña.
Cuando la pedíamos que expresara su amor, decía que no hacía falta, que ya se sabía lo muchísimo que nos quería.
Y así era mi madre, muy dura por fuera y tierna por dentro.
Cecilia M. B.
Palabras de Luis, d.d.: Despedida a mi madre, de Luis, 11/4/2020.
Más en Ha muerto mi madre, esta madrugada, 8 de abril.
8/6/2020 Cecilia Bernal Carrasco. Mi madre. Homenaje visual
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1 comentario:
Preciosas palabras
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