J. M. Sadurní 04 de febrero de 2025
Mosaico que decora una de las estancias de la Casa de los Pájaros, una importante domus romana de la ciudad de Itálica, Sevilla.
Situada en el conjunto arqueológico de Itálica, en la provincia de Sevilla, la Casa de los Pájaros recibe su nombre por un mosaico que adorna una de las estancias de la domus. Datado en la tercera mitad del siglo II, este espectacular mosaico constituye un buen ejemplo tanto del virtuosismo de los artistas de la época como de la fascinación que sentían los romanos por las aves, animales que fueron un motivo recurrente en sus diseños.
El mosaico que da nombre a esta domus, situado en un salón contiguo al peristilo principal, está elaborado con la técnica del opus tessellatum, en la cual se emplea un tipo de tesela mayor al habitual para elaborar mosaicos destinados a espacios amplios. En él pueden admirarse treinta y tres representaciones de aves organizadas en cuadrados que están adornados con motivos geométricos y vegetales.En un reciente estudio publicado en la revista polaca Collectanea Philologica, un equipo de investigadores ha trazado los paralelismos que se esconden entre este mosaico y las ilustraciones contenidas en tratados ornitológicos antiguos como el tratado Sobre Aves de Alejandro de Mindo o la Historia Natural de Plinio el Viejo. Asimismo, en el Dioscórides de Viena, un manuscrito ilustrado datado en el siglo VI, aparecen tablas con aves organizadas en cuadrados muy similares a los que pueden verse en el mosaico de la Casa de los Pájaros.
PÁJAROS DE TODO TIPO
La diversidad de aves que aparecen en el mosaico de Itálica refuerza para los investigadores la idea de que el autor de esta impresionante pieza buscaba representar un aviario ideal en el que la naturaleza se manifestase de manera ordenada y artística, como un reflejo del poder del hombre sobre ella. Entre las aves mostradas pueden verse cisnes, pájaros cantores, aves acuáticas, palomas y aves rapaces, que fueron reproducidas con teselas de piedra y pasta de vidrio en colores vivos.
En realidad, a través de las aves, los romanos aludían a la mitología clásica y a la filosofía o simbolizaban la prosperidad y la fertilidad. De hecho, les atribuían diversos significados. Así, aves como los cisnes o los pavos reales solían asociarse con la elegancia y el lujo, mientras que rapaces como el águila simbolizaban la fuerza y el poder.
Más allá de su valor artístico, el mosaico de Itálica es un fiel reflejo del estilo de vida de las élites romanas y de cómo era su relación con la naturaleza. Los aviarios, llamados aviaria, eran muy comunes en las grandes villas romanas, no solo como espacios de recreo, sino también para mostrar a los demás el lujo y la sofisticación de su propietario.
Por ejemplo, el naturalista del siglo I Plinio el Viejo describe cómo los romanos eran aficionados a construir grandes espacios destinados a albergar todo tipo de pájaros para que fueran admirados tanto por su canto como por su hermoso y colorido plumaje.
Pero el mosaico de la Casa de los Pájaros no es único en el mundo romano, aunque sí destaca por la gran variedad de especies de aves que en él se representan. En Pompeya, por ejemplo, en la Casa de Paquio Próculo hay un mosaico similar en el que las aves se enmarcan en cuadrados, aunque su variedad cromática es menor. Otro ejemplo es el mosaico de la Villa de los Pájaros en Alejandría, donde aparecen aves acuáticas y terrestres. Sin embargo, a pesar de su belleza, ninguno de ellos alcanza el gran detalle que puede verse en el de Itálica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario