Gredos. Los Galayos o Una excursión sin mí. ARCDBuenavista, junio 2007

(Enviada por una amiga, participante y socia de la A.R.C.D. Cº Buenavista.

Hola Paquita: ¿Qué tal la boda?
Como te habrá dicho B., me costó mucho trabajo llegar al refugio.
Emprendí la ascensión bastante animada, pues ¡ingenua de mí! pensé que los refugios se encontraban en sitios accesibles, más o menos como el de Giner de los Rios. Cuando vi dónde se encontraba éste, al ver lo altísimo que estaba y después de ascender dos horas, me hice mi composición decidida a quedarme en cualquier praderita al lado del río.
Conoces a tu esposo, lo servicial y convincente que puede llegar a ser y ayudado por Lola, que la pobre iba tan maltrecha como yo pero no se rendía y no hacía más que recordarte por la buena labor que le habías hecho en la última ascensión a la que habías ido, me decidí no sin recelo a emprender la endiablada subida.
Al llegar a la apretura donde se pasa el barranco para cruzar a la izquierda me quedé sobrecogida al ver las paredes tan cerca, no parecía sino que se inclinaban hacia mí con el objeto de aplastarme. Distinguí unos caminos en forma de zig-zag que creía me facilitarían la subida, como así fue, pero tuve razón al pensar que después de esto vendría lo peor como ocurrió; sufrí realmente para llegar al refugio Victory y si no es por B. que me animó y me dio chocolate creo que me habría quedado en cualquier recodo. Sin acritud ¡eh! Pues yo iba preparada para quedarme sola: mi bocata, mi fruta, mi libro.
En fin que al final llegué, me alegré, admiré y sobre todo lo compartí con este grupo maravilloso de senderismo que tenemos. Cuando nos habían dejado a buen recaudo (pues he de decir que mi esposo que no confiaba en que pudiera ascender tanto, vino en el último tramo a socorrernos), se fueron los valientes al pico de La Mira  (2343 m) y los que nos quedamos estuvimos unas dos horas esperando y relajándonos.
Nunca había visto unos picos tan cercanos (experiencia que no sé si volveré a tener). También vimos cabras muy de cerca y muy guapas. Había un montón de gente escalando (en mi opinión jugándose la vida) pero ellos parecían pasarlo divinamente.
Acerca de esto te diré que ocurrió una cosa cuando volvíamos, cerca ya de la plataforma-El Nogal del Barranco- que nos amargó el día: vimos a una pareja de nuestra edad más o menos que iban en dirección a la montaña, portando en una mochila un gran ramo de flores, con gladiolos y cosas de esas de ramos hechos con primor, con papel de celofán y lazo, y nos quedamos helados pues relacionamos esta ofrenda con la posible muerte de un hijo o familiar acaecida por aquéllos lugares.
Bueno, pero cambiando de registro: la vegetación soberbia, cantidad de florecillas silvestres de esas que te gusta admirar a ti y que sabrás sus nombres y sobre todo montones de escobas de flor amarilla que lo teñían todo de este color y nos envolvía con su aroma.
En cuanto a la bajada, yo presumo de hacerlo bastante mejor que las subidas y así fue, pero no es de despreciar la dificultad de ésta. Con todo y con ello llegamos felices al bar que nos esperaba donde además de la bebida que elegimos nos obsequiaron con unas migas de pastor muy reconfortantes para la merienda. Y por último no quiero olvidarme de agradecer a ese compañero fiel, sufrido e insustituible en mis excursiones: el bastón. Algún día le escribiré una oda.

Te hago el relato porque sé que te gusta saber y a mí escribir. No es de interés como para publicarlo, pero tienes mi permiso para utilizarlo o mencionarlo donde lo creas conveniente. Un beso.

(Añadido a las 11 de la mañana: Otra excursión a La Mira aquí mismo Visualizar Pico de la Mira II. Acabo de ver la primera "Bella de Día" abierta. PAQUITA)