diciembre 06, 2009

¿Velo y libertad?

(Publicado por Duende Crítico en viernes, noviembre 06, 2009. PAQUITA) duendecritico.blogspot.com/

El debate sobre la idoneidad y naturaleza del velo islámico está más que presente en la sociedad europea y, específicamente, en una comunidad estudiantil que discute a raíz de este tema sobre conceptos como libertad y religión. En este sentido, son muchos los que se aferran a la libertad de culto para defender que quienes quiera llevar este símbolo de sumisión son libres de vestirlo en los lugares públicos, al igual que puede llevarse un colgante con una cruz cristiana. Y es verdad, se puede interpretar desde ese punto de vista. Resulta lógico que cualquier persona que quiera expresar en público su adscripción a una religión pueda hacerlo, siempre y cuando no atente contra las libertades personales de otros individuos.

El problema viene cuando se estudia la naturaleza de la decisión de llevar ese velo. Si viene desde la libertad personal de la mujer, adelante. No tendría que haber ningún problema para expresar respeto por una tradición que puede resultar más o menos comprensible. Ahora bien, ¿qué pasa cuando ese gesto se convierte en una forma de opresión? ¿cómo debería actuar una sociedad que como bandera el reconocimiento de que no hay una religión oficial, una verdad suprema? ¿Debemos seguir el modelo francés? ¿Tenemos que quedarnos como estamos? No hay una respuesta única y válida. Así es como hay que entenderlo.

Estas cuestiones resultan espinosas cuando se observan determinados sucesos que tienen como raíz cierto tufillo fundamentalista. Mujer, marroquí para más señas, sin velo y embarazada. Ella ha elegido libremente no postrarse ante la tradición de cubrir su cabeza. Perfecto, es su decisión. El problema viene cuando dos individuos la ven por la calle, le pegan una paliza y, como consecuencia de los puñetazos y patadas, la mujer tiene que abortar. Posteriormente los detienen y se les acusa de un delito de lesiones. Nada más.

En un primer análisis, esta paliza representa tristemente el choque entre un islamismo más moderado y tolerante (representado por la mujer) y un islamismo de carácter autoritario y retrógrado que se vale de la violencia para imponer su verdad. Si nos encontramos ante esta situación, ¿por qué no se acusa a los agresores no sólo de un delito de agresiones, sino también de asesinato? ¿A nadie se le ha ocurrido pensar que también es un atentado contra la libertad religiosa? De hecho, este aspecto podría considerarse como un agravante.

Y yo me pregunto: ¿velo y libertad pueden ir unidos? Puede que así sea, pero resulta difícil de explicar cuando una mujer puede recibir una paliza por no llevarlo.


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