diciembre 12, 2009

Símbolos... ( + Manuel Rubiales)

(Publicado el 12/Noviembre/2009 en LA TRINCHERA, página de Manuel Rubiales minombre.es/manuelrubiales/. Otro de mis admirados poetas de Huelva. PAQUITA)

Nuestra memoria, el archivo íntimo de cada ser humano se sustenta con símbolos, en el plano individual una imagen, una melodía, un olor, tienen la capacidad de retrotraernos al primer beso adolescente o al regazo materno de la infancia. Es la materia prima de nuestra biografía, de nuestra historia personal. La otra, la que construimos con la voluntad común, la que constituye nuestra epopeya como colectivo humano, tan compleja y diversa, parece querer empeñarse en hacer de los símbolos un bastión para la hipocresía del hombre. A nadie ha pasado desapercibida la reciente efemérides de la caída del muro de Berlín, del derrumbe de ese símbolo de la irracionalidad humana, los fastos, las proclamas, los recuerdos, los manifiestos y las intenciones consensuadas de no repetir los errores que provocan la división de los pueblos. Entretanto los mismos que venden el humo de las buenas intenciones mantienen los cepos dispuestos en todas y cada una de las fronteras que la humanidad ha troquelado en los mapas, los muros erguidos, los centinelas armados y las alambradas amenazantes y afiladas. Ceuta, Melilla, México, Palestina… Barreras necesarias, dirán, como dijeron entonces quienes levantaron el muro en Alemania o acerrojaron una verja en Gibraltar, conscientes de que siempre puede haber una razón de peso que justifique ante los paisanos la urgencia de poner obstáculos al tránsito del hombre y conscientes, tal vez, de que el paso de los años y las generaciones acabarán convirtiendo en simples símbolos con sentencia firme de derrumbe y homenaje postrero. Definitivamente no aprendemos, seguimos dándole vueltas a la historia como asnos cegados persiguiendo una zanahoria ilusoria y empeñados en convertir en escribanos de nuestra memoria a los fantasmas de las Torres Gemelas, los muros o las estatuas mohosas de los dictadores derrotados. Pero de nada sirven los restos del derribo si sobre ellos no se enmiendan los errores, los fracasos o las miserias.


1 comentario:

manolo rubiales dijo...

Ahhhhh, perdona Paquita por mi falta de tacto, llevo un par de días liado y con poco tiempo para ponerme al día. Por cierto, orgulloso estoy de ser un "poeta admirado", je,je,je, a ver si las editoriales comienzan a pensar igual...
Un abrazote