(Escrito por Pedro y publicado en su blog lasuertesonriealosaudaces el 2/1/2010 de nombre -el del título- . PAQUITA) lasuertesonriealosaudaces.blogspot.es/
Una de las cosas más revolucionarias que ha traído esto de los blogs es que se puede convertir en noticia cosas que suceden en un ámbito local, incluso de barrio, y que de otra manera jamás alcanzarían el estatus de opinión publicada, ni nadie tendría constancia de ellos fuera del boca a boca.
No suelo entrar mucho en este ámbito local y me dedico más a hablar de “grandes temas”, bien de actualidad, de historia o de principios políticos u económicos, a pesar de que sí que hago muchos apuntes de experiencias personales. No obstante hoy quiero contar una experiencia de ayer mismo que me servirá para enlazar con una tesis mayor.
Siempre me ha dado mucha rabia esto de la nochevieja y el salir por obligación. Prácticamente no hay persona joven sin obligaciones familiares o hijos que no salga esa noche, siendo todos víctimas de esta espiral de obligación social teñida de consumo de ocio. Cuando salgo en nochevieja (y salgo siempre) a veces pienso que soy parte de una masa idiotizada que actúa dominada por las fuerzas de la obligación social, e identifico a cualquier persona con la que me cruzo con esa misma definición. No obstante creo que todos caemos en situaciones así en muchas otras ocasiones a lo largo del año, no sólo en nochevieja, así que alguna vez haré un ejercicio de retrospección más amplio.
Bueno, la cuestión es que esta noche vieja también salí. Fui a un sitio que no había ido nunca, llamado Wandú Palace, situado en una céntrica calle de Valencia. Fui con unos amigos a comprar la entrada anticipada el día anterior, que no nos costó demasiado viendo como están los precios esa noche (me niego a pagar las barbaridades que paga la gente por ahí).
Cuando llegamos a la puerta del local, sobre las 2 de la noche del día 1, nos encontramos una cola espantosa. En primer momento pensé que habría dos colas mezcladas, una de quienes teníamos la entrada anticipada y otra para los que no, pero no era así. Todo el mundo tenía entrada anticipada, y aún así los porteros del local dejaban entrar a los clientes de 5 en 5, y generalmente esperando a la salida de personas del interior.
Hubo conatos de protesta en la cola, y gritos de consignas a modo de manifestación. Entiendo que la gente estuviese molesta, porque tenían motivo, pero me pregunté en ese momento si esas personas serían capaces de ir a una manifestación de cualquier otra cosa a gritar otras consignas. En fin, cosas que te pasan por la cabeza.
¿Cómo era posible que con entradas anticipadas estuviesen impidiendo la entrada fluida de los clientes? Os podréis imaginar la respuesta.
Wandú palace tiene un aforo de 300 personas en sus dos plantas principales. La tercera, generalmente un restaurante, se habilitó como lugar de baile al desmontarse éste. Esta tercera planta no podía tener un aforo de más de 100 personas, si me apuráis y no respetando el espacio vital del cliente podríamos dar un tope de 150.
Bien, según me dijeron posteriormente, se vendieron 600 entradas, muchas más de las que el aforo permite. No es nada nuevo ciertamente, y mucho menos en nochevieja donde se venden más entradas de las permitidas en la mayoría de sitios.
Una vez conseguimos entrar tengo que reconocer que el local no estaba mal y que me gustó bastante, si no tenemos en cuenta la calidad del alcohol servido allí, bastante deficiente si nos atenemos a las consecuencias fisiológicas del día siguiente. Luego se extrañan que la gente haga botellón…
Este mundo del ocio nocturno es seguramente de los más “ilegales” que hay. Es algo general que se superen los aforos permitidos, así como el incumplimiento de las horas de cierre. Vemos muchas veces como ciertos locales son cerrados por algún tipo de procedimiento sancionador y vuelven a abrir en cuestión de semanas. En fin sería muy largo hablar de todas las cosas que conocemos, y siempre me he preguntado cual es el motivo es esto, si es la propia idiosincrasia de la noche, la debilidad del procedimiento sancionador u otras causas.
Si volvemos a hablar del caso de wandú, y estimamos que pudo haber personas haciendo una hora de cola, ¿Alguien reclamará por eso? ¿Alguien denunciará al local por superar el aforo limitado? Los clientes seguro que ninguno, bien porque consideren que es absurdo reclamar por tan poco dinero, o bien porque no saber donde dirigirse (Por cierto, ¿Hay asociaciones de consumidores que te hagan caso si no estás asociado?).
Quizá esta propia idiosincrasia del mundo de la noche lleve a la relativa inmunidad legal de este tipo de locales.
Aunque a algunos os pueda parecer algo inconexo todo esto me hace tener ciertas reflexiones. Oímos hablar mucho de las bondades de la iniciativa privada, que dicen prestar mejores servicios que la pública. Sin embargo si analizamos estos hechos que comento y este tipo de mundo, sólo se ven empresas que bordean o directamente vulneran la ley para conseguir más dinero y una serie de ilegalidades convertidas en habituales por la fuerza de los hechos.
Al final es una cuestión de ética. Pero la ética de muchos se acaba cuando el dinero empieza a competir directamente con ella. Y me temo que no tenemos engranados los mecanismos necesarios para controlar estos abusos que cada vez son más frecuentes, en este sector y en otros.
Escrito por PAQUITA 02/01/2010 21:25
Loca me quedo... y no es de estrañar, con el nombre que me puse y lo que leo al pasar.
Rimado esto, digo: (TRAS LA FRASE SELECCIONADA DE ALFREDO)
- Alfredo... ¿"sorpresa" que seguro le hace caerse de la silla, esta vez de verdad: me encanta que me paseen por la autopista en un coche con cierta música "energy" pero bueno no digo más...no digo más?-
Vamos de snobistas ¡eh! Poque con esto y lo del Casino ¡ya te digo!
Pedro... dejarse llevar por las convenciones es un "rollo" del que sólo logras zafarte cuando tienes muy claro lo que eres y lo que te gusta. Así valoras si te compensa "ese sacrificol" que supone hacer algo que va contra tu "construcción" personal. Que compensa... adelante con el marrón.
Que no, las cosas claras y el chocolate... ya se sabe, negro y espesito.
Y me retiro, SE DESPIDE vuestra? humilde? servidora?: PAQUITA
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