Candela Ypunto 20/10/20
Jesús Urceloy La ciudad de Dios Para Humberto Costantini
Discúlpeme señor señora mire
si le miré en la calle en su trabajo
les tropecé llevando unos paquetes
les encontré llorando carnicera
les descubrí mintiendo dependiente
pocero puerta a puerta vendedor
guarda de parque conversar portera
cobradora señora ama de casa
maestra frutera afilador mendiga
encender un cigarro darse al humo
y olvidarse la caca de su perro
en el alcorque aquel electricista
farmacéutica obrero ah sí cartera
mi cartera les pido mil perdones
yo paseaba les juro por la vida
esa cosa no sé que se deshace
junto al azucarillo del café
esa cosa que da vueltas en torno
al tobogán del parque a la ruleta
rusa de los ancianos que se están
al sol de las paredes como moscas
lagartos mariposas saltamontes
bichos de toda escuela cucarachas
que yo lo juro yo quise no hacerlo
quise pasar tal vez pasar la calle
la escuela la estación el manicomio
el mercado la casa de acogida
el gimnasio mi médico las salas
de espera la pared casi les juro
que iba pendiente de otra cosa sí algo
sin importancia una palabra un ritmo
acentual otra mentira más
otra verdad mentira que tan solo
abrí los ojos por aburrimiento
por mirar ya lo ven solo mirar
a ver qué pasa aquí como acostumbro
sin prestar atención desde hace tantos
años ustedes me conocen desde
toda la vida desde siempre sí
ya los cierro me voy por donde vine
por aquí calladito créanme
en verso libre libre nada más
jesús urceloy / octubre de 2020
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