junio 30, 2009

Dos en línea

1.- Quería separarse. Así, sin pensárselo dos veces. La había "pillado" disfrutando con la presencia de un muchacho joven. Mucho más joven que él, que ya no lo era.
No pensó nunca que esto pudiera pasarle, pese a la gran, enorme, cantidad de ausencias -suyas- que ella tuvo a lo largo de su matrimonio. Le resultaba inconcebible.

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2.- Le estaba pasando eso a ella. Nunca lo había pensado pero ahí estaba, ahí estaban su marido y esa rubia. Rubia, joven y preciosa. Y sufría. Y nunca lo había pensado.

PAQUITA

2 comentarios:

Shandy dijo...

Claro, mujer, si es que esas cosas sólo le pasan a los demás, por el amor de dios! Hasta que la ingenuidad se transforma en una mueca de incredulidad.

Shandy dijo...

Claro, mujer, si es que esas cosas sólo le pasan a los demás, por el amor de dios! Hasta que la ingenuidad se transforma en una mueca de incredulidad.