(Publicado por Cecilia Alameda Sol el sábado 8 de agosto de 2009 en su blog ceciliaenelbalcon.blogspot.com/ PAQUITA)
Un sábado de agosto, con el calor vaciando la ciudad, y las tareas aparcadas hasta el lunes... Es buen momento para romper esta pausa que me tomé hace un mes y contar algo de lo que he leído en las últimas semanas. Estoy cumpliendo una serie de compromisos y realizando algunas tareas que se habían quedado retrasadas. Una de ellas era leer esos muchos libros que se me iban amontonando en la mente y en las estanterías. Entre los cuales hay un título que veo todos los días en cuanto salgo a la calle. No sólo en los escaparates de las librerías, también, y sobre todo, en el transporte público.
Sé que a estas alturas es difícil decir algo nuevo sobre "Los hombres que no amaban a las mujeres", de Stieg Larsson, el autor sueco que ha ganado tantísimos elogios y comentarios cuando ya no podía disfrutar del éxito. Sobre la trilogía que componen este título y los dos que le siguen, se han lanzado cientos de comentarios en blogs, en periódicos, en conversaciones de sobremesa, en tertulias espontáneas con los compañeros de trabajo. He oído alabanzas, múltiples alabanzas sobre la obra de Larsson. ¿Demasiadas quizás?
Se trata de una novela negra, trenzada con las fórmulas habituales en el género, que cuenta las peripecias de Mikael Blomkvist, un periodista económico de Estocolmo, que es condenado en un juicio por difamar a un gran industrial del país. La decisión de apartarse de la revista que edita, junto a su amiga Erika, coincide con una oferta de trabajo que le llega de otro empresario, Henrik Vanger, hombre de ochenta y tantos años que dirige un emporio familiar. El anciano está obsesionado por la desaparición de una sobrina en 1966. Durante cuarenta y tantos años, las investigaciones sobre el asesinato de Harriet Vanger no han dado ningún resultado y ahora le pide a Mikael que intente él averiguar qué fue lo que ocurrió. Si otros fallaron, piensa el periodista, no va poder él resolver el misterio. Pero se pone a analizar fotos, documentos, periódicos de la época, habla con miembros de la familia, y saca sus propias conclusiones. En el momento álgido, se le une Lisbeth Salander, una joven huraña, con la que forma un dúo muy efectivo. Y no cuento más, que no debo.
Larsson ha escrito una novela correcta e interesante, que se ha traducido al castellano con gran acierto: no hay giros lingüísticos ni vocablos extraños que le recuerden constantemente al lector que el texto que tiene ante sus ojos no es más que una versión de una obra extranjera. Las técnicas del género se utilizan con pericia, creando curiosidad al lector y animándole a continuar leyendo una página más, un capítulo más aunque sean altas horas de la madrugada.
Los personajes resultan creíbles y dignos, sus reacciones son consecuentes con el carácter que les otorga su autor. Hasta Lisbeth, esa extraña chica, flaca y lista, de comportamiento frío e imprevisible, resulta un tanto real a medida que el lector se adentra en sus intimidades. De ellos me ha sorprendido cuánto café toman y con qué frecuencia fuman. Larsson, que murió de un ataque al corazón motivado, según he leído, por las excesivas dosis de café y de tabaco, por la falta de descanso, y el estrés, les aplica a sus personajes esa forma de vida trepidante que a él, a la postre, le resultó fatídica.
En cuanto al argumento, lo encuentro sólido, sin agujeros ni trampas para justificar lo inexplicable. Quiero decir: el lector se va enterando en cada capítulo de lo que descubren Mikael y Lisbeth, sigue paso a paso la investigación y entiende las deducciones que ellos hacen. Larsson no se saca de la manga (como hacen algunos novelistas de misterio) un suceso o un personaje imprevisto para que las piezas del puzle casen cuando la trama se le atasca. No. Todo está perfectamente explicado. Y eso, en mi opinión, es un mérito añadido.
También es meritorio el afán de Larsson de denunciar los malos tratos a las mujeres, los abusos y las violaciones de los que son víctimas en un país tan "adelantado" como es Suecia. Yo creo y apuesto por el compromiso social de los escritores (y de los artistas y gentes de la cultura, en general). Y este libro está comprometido con los malos hábitos de una sociedad civilizada y con las personas que luchan contra ellos. A la par, Larsson denuncia también el racismo y saca a colación la existencia del nazismo en Suecia, del que poco sabemos por estas latitudes.
Mi opinión es, pues, favorable. Pero, aunque le encuentro muchos rasgos positivos y la considero una novela recomendable, no la calificaría nunca de obra maestra. Es una buena novela de misterio pero no la más sorprendente, ni la más audaz ni la más innovadora. Larsson escribe bien, pero su narración carece de grandes logros literarios, de descripciones llamativas, de ideas sublimes. Como dice el blog de Elena, Perdida entre libros, no hay frases tan bellas que a una le den ganas de apuntarla en un papel para releerla de cuando en cuando y reflexionar sobre su contenido.
Además, creo que le sobran unas cuantas páginas. Una vez se resuelve el enigma central, el interés del libro decae tanto que hubiera convenido que las siguientes cuarenta o cincuenta páginas se resumieran en cinco o diez.
No he visto la película que se hizo sobre el libro. Pero he leído una crítica que igual valdría para este libro que para otros muchos. Está en Ojos de papel.
3 comentarios:
Yo leí la trilogía completa, y en contra de la opinión de muchos, las tres me han gustado y creo que se van superando una a otra-
Casi lo que más destacaría es que nos permite conocer una sociedad lejana a nosotros y que a pesar de ser considerada avanzada y con uh gran estado de bienestar, conserva aspectos negativos como el maltrato a la mujer, el machismo latente y la persistencia de cierta ideología nazi.
La reseña que hace Cecilia Alameda me parece acertada.
Nota: aunque ya lo hice de manera general en mi blog, quiero agradecerte especialmente, Paquita, yu interés y apoyo en mi episodio de salud. Gracias y un abrazo.
Muy buena reseña. De acuerdo casi en todo. Yo ahora voy a comenzar con el tercer libro. El primero me gustó más que el segundo.
Abrazos.
Gracias por recoger este comentario. Es grato saber que se teje esta red de relaciones entre personas que amamos los libros, las lecturas, el debate.
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