septiembre 12, 2009

EL FUNCIONARISMO (18.2): lasuertesonriealosaudaces

Escrito, y publicado, por lasuertesonriealosaudaces el 02/09/2009 en su blog lasuertesonriealosaudaces.blogspot.es/ .
Complemento al texto de Savonarola publicado ayer. PAQUITA)

CAPITALISMO HISPANO (II)

Desde la visión neoliberal de la economía y la sociedad se ensalza mucho al empresario. El empresario, dicen, arriesga su patrimonio, tiene iniciativa y trabaja muchísimas horas para sacar su empresa adelante. Gracias al empresario se crea empleo, crecimiento económico y la sociedad progresa, por lo que deben ser defendidos. Según estos “liberales”, el papel del empresario cobra todavía más importancia en una sociedad como la Española, donde parece que todo el mundo quiere ser funcionario, y nadie tiene la capacidad de asumir el más mínimo riesgo. Los españoles, solo quieren seguridad en el trabajo y que no les puedan echar, además de tener escasas ganas de trabajar y de hacer cosas nuevas.

Esta visión podría ser rebatida con argumentos contrarios, hasta que llegásemos a una verdad intermedia, ya que siempre todo argumento tiene parte de verdad. Se podría decir que la mayoría de los que arriesgan su patrimonio tienen una situación que les permite hacerlo: Tienen patrimonio. También se podría decir cuantos empresarios lo son simplemente por herencia. Además, podríamos criticar la demagogia de esta visión, ya que si hacemos caso del riesgo al que está sometido el empresario y la enorme cantidad de horas, podríamos concluir que los empresarios son unos desgraciados, ¿Por qué no venden su empresa y se dedican a otra cosa? ¿Por qué no se hacen comunistas, y defienden una sociedad sin riesgo y con tiempo libre?

De todos modos me interesa especialmente rebatir esta visión de que los españoles solo queremos ser funcionarios. Bien es cierto que hay una gran cantidad de gente que aspira al funcionariado, quizá demasiada. Yo me he encontrado a lo largo de mi vida a mucha gente cuya única aspiración laboral era ser funcionario, sin importarle qué puesto. Cada persona tiene sus circunstancias personales, pero la verdad es que esta visión de ser funcionario independientemente del puesto me ha causado siempre cierta lástima.

¿Se debe esto a algún virus funcionarial más contagioso que la gripe A? ¿Tenemos los españoles algún gen de conformismo y aversión al riesgo ¿La aspiración hispana es simplemente ser un vago en un puesto en que no te puedan echar??

Nada de esto. Por mucho que los “liberales” defiendan esta teoría, no es más que una falacia interesada.

¿Por qué los españoles queremos ser funcionarios? Es sencillo, se debe fundamentalmente a que nuestro mercado laboral es, en términos generales, una basura. En el mercado laboral y en las empresas privadas te puedes encontrar de todo, pero lo que más abunda es inseguridad laboral, contratos temporales, mileurismo, horas extras que no se cobran, vulneraciones de los convenios y las leyes laborales, mobbing laboral, etc. En estas condiciones, ¿Qué motivación encuentra una persona para entrar en este mercado?

Los “liberales” hablan mucho de que en España falta iniciativa y gente con ganas de trabajar. Una falacia. Hay jóvenes titulados muy capaces que usan esta capacidad para sacarse un puesto de funcionario de grupo A, ¿Por qué lo hacen? Porque con un trabajo así tendrán horarios coherentes y sueldos altos (¿Unos 30.000 euros anuales?).

Estos titulados saben que si, en cambio, entran por el camino de la empresa privada, tendrán muchas promesas, pero muy pocas realidades. Empezarán cobrando la mitad, con contratos de 6 meses, harán más horas que un burro. Y saben que nadie les garantiza que esto dejará se ser así; muchas promesas, pocas realidades.

Lo que es aplicable a un titulado también lo puede ser a un administrativo, incluso con más razón. Un funcionario de grupo C cobra sustancialmente más que un administrativo medio de una empresa privada, y lo que es aplicable en el caso anterior lo es también en este.

No puedo entender estos “liberales” que pretenden, ¿Gente capacitada trabajando 10 horas al día por 1000 euros? Y cuando la sociedad elige lo que considera el único camino para salir de esta situación, tiene que soportar que estas personas la tachen de sociedad vaga y conformista.

¿Quieren gente preparada? Paguen sueldos decentes, den condiciones adecuadas. En Inglaterra, en Francia, en Alemania, en EEUU, la empresa privada es mucho más legal y aporta mucho más al trabajador que en España. Allí los sueldos son mucho más altos que en España, jornadas de trabajo cortas, y empresas mucho más modernas que las de aquí.

Con estas condiciones laborales, con estos sueldos, con estos empresarios y con esta cultura empresarial del pelotazo no se puede pedir otra cosa que una sociedad pasiva y deprimida. Para aprovechar nuestra enorme cantidad de gente preparada (Tenemos uno de los índices de titulados más altos del mundo) necesitamos unas condiciones laborales óptimas. Para que nuestra economía sea competitiva necesitamos a estas personas activas, contentas y con ganas. Y ese es el camino para la competitividad, no la contención salarial y la explotación que acaba por destruir la iniciativa, las ideas y la capacidad de innovación que la gente lleva dentro.

En los países avanzados, estos de los que hablan los “liberales”, en la empresa privada se cobra de media más que en la función pública. Lo contrario, es de país tercermundista. Ahora, por si no fuese suficiente, pretenden eliminar la única prebenda que tienen los trabajadores españoles, las altas indemnizaciones por despido.

Entrar por este camino, en tentar a la suerte de convertirse en otra Argentina.


1 comentario:

Pocomancha dijo...

Sí, el mercado laboral es una basura, ya no nos conformamos con cualquier trabajo. Entonces, ¿dónde podemos trabajar que nos respeten el horario laboral, que nos respeten el permiso por maternidad y que nos respeten como personas?, a las Administraciones Públicas. Pero no es el camino más fácil, que va, no lo es, si eres capaz de quitarte 2 años de vida social, obtendrás la recompensa. Pero no todos están dispuestos a encerrarse a estudiar atados a una silla.