Amelia Díaz Benlliure · 3/6/2018
Llueve.
Pero no me ha despertado la tormenta. Algo me revuelve y me despierta.
Vaciar la casa de mi madre, no es tarea sencilla. Y no me refiero a lo
físico. .
Llueve. Se escucha suave el trueno y la lluvia constante. Rebusco entre páginas virtuales. Y la noche se vuelve poesía.
Dos amigos que ya no están, que estarán siempre en sus poemas.
Llueve. Se escucha suave el trueno y la lluvia constante. Rebusco entre páginas virtuales. Y la noche se vuelve poesía.
Dos amigos que ya no están, que estarán siempre en sus poemas.
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