El
año pasado, cada ciudadano europeo generó una media de 31 kilos de
residuos plásticos. Distintas organizaciones ecologistas han lanzado un
reto que se ha vuelto viral: ¿podrías estar una semana sin comprar
alimentos envasados en plástico? Volver al granel es una forma de
ayudarte a conseguirlo y, de paso, combatir el cambio climático y el
desperdicio alimentario.
(…) 1. Frenar el despilfarro alimentario
No siempre necesitamos
la cantidad que viene en los paquetes que venden los supermercados y
muchas veces no lo usamos, con lo que el producto se echa a perder.
Comprar solo la cantidad necesaria, ya sea mucha o poca, reduce el la
cantidad de alimentos que acaban en la basura. Además, también mejora nuestra economía, ya que normalmente comprar productos a granel es más barato.
2. Fomentar el consumo responsable
Comprar a granel no solamente reduce de manera drástica el plástico
que invade de forma preocupante nuestros mares y océanos, sino que
además fomenta la política de residuo cero. Ya es un gesto habitual
llevar bolsas de tela en el bolso… Y, dentro de poco, también lo será
ver cómo llevamos nuestros propios envases al supermercado para comprar
los productos frescos.
3. Ver el producto
Muchas veces,
cuando compramos productos envasados, el paquete nos impide ver lo que
hay dentro y el estado en que se encuentra… Lo que muchas veces provoca
sorpresas desagradables. Sin embargo, si nos llevamos a casa productos a
granel, tenemos siempre a la vista lo que metemos en la cesta y eso,
además de contribuir a la protección del medio ambiente, nos genera más
confianza en lo que estamos adquiriendo como consumidores.
4. Apostar por alimentos de cercanías y ecológicos
Este
tipo de comercios locales prima el producto cercano, en la medida de lo
posible. Esa apuesta es significativa para el planeta, ya que reduce
considerablemente las emisiones de CO2 generadas por el transporte de
las mercancías desde su lugar de origen hasta la tienda. Además, gran
parte de los establecimientos cuentan con certificado ecológico que
garantiza su compromiso medioambiental.
5. Apoyar a los pequeños comercios y agricultores
La
venta a granel, lejos de las grandes superficies, permite que los
productores, agricultores y pequeños comerciantes puedan acceder al
mercado con más facilidad para vender sus productos. Así, además de
poder trazar la procedencia de lo que consumimos de manera más sencilla,
se eliminan intermediarios que encarecen el precio final del producto
sin que eso repercuta en quien lo cultiva.
6. Comer más variado
Comprar
en este tipo de establecimientos a granel permite adquirir cantidades
más pequeñas, lo que hace que podamos probar alimentos distintos más
fácilmente y ampliar así la variedad de nuestra alimentación. Además, la
filosofía que subyace detrás de estos negocios es ofrecer alimentos
frescos y renovados con frecuencia, que también nos permitan comer sano y
cuidar más nuestra alimentación.
7. Proteger el medioambiente
Reducir
el uso y consumo de plásticos, llevar tu propio envase, reutilizarlos,
apostar por productos de proximidad, reducir las emisiones de CO2… Todos
estos gestos son pequeños granos de arena que contribuyen a preservar
la salud del planeta… y cada uno cuenta.
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