El
bibliobus que conecta pueblos lejanos de la provincia salmantina. Un
ejemplo de las leves políticas de resistencia al vaciamiento de España.
Cada vez que se cierra una escuela, mucho más, cada vez que se cierra un
bar, se encierra a la gente en su casa. Pueblos perdidos donde los
vecinos ya no hablan con nadie en los largos días del invierno, y sólo
ocasionalmente en las breves fiestas de verano. Una España sin voz ni
recursos para plantear conflictos políticos. Una España
que necesita urgentemente una reordenación del territorio para ser
viable, que exige una mirada larga, mucho más larga que las miopías de
los debates sobre la estructura territorial política, cuando lo que
importa es la estructura territorial material, de flujos de información,
conocimiento, relaciones sociales, posibilidades de futuro.
Haciendo arqueología de mi biblioteca encuentro El final del
campesinado, de Enrique Baron, a cuya presentación asistí en Salamanca
en 1971, y un libro que vendí en puestos por la ciudad y divulgué por el
campo, donde anunciaba la tormenta que venía: el despoblamiento, la
desertización (https://www.amazon.es/FINAL-DEL-CAMPESINADO-En…/…/B00BRQU2GS)
(la editorial ZYX que lo publicaba era una iniciativa cultural, de
hecho una tapadera para un movimiento autonomista similar a los
italianos del momento como Lotta Continua y Potere Operaio, que en el
caso de Salamanca, en aquellos momentos, tenía una gran actividad en el
ámbito rural, con iniciativas de las que aún tengo nostalgia y a las que
dediqué años de mi vida).
Hay muchas cosas valiosas en la transición, pero entre las imperdonables está la destrucción del tejido social del territorio. Aquí colaboraron con saña todos los partidos. Centralizar, centralizar...
Hay muchas cosas valiosas en la transición, pero entre las imperdonables está la destrucción del tejido social del territorio. Aquí colaboraron con saña todos los partidos. Centralizar, centralizar...
Las visitas del bibliobús cambian la realidad de pequeños municipios de las zonas más despobladas. Uno de estos equipos lleva casi tres décadas repartiendo lecturas en sus jornadas de trabajo…
(...) Son las 10 de la mañana. Juana, la bibliotecaria, y Bernardo, conductor y
ayudante, se disponen a recibir “las visitas”. Sonríen. Saben que “sus
lectores” nunca les fallan. Y mientras esperan hacen balance. En los 29
años que llevan acercando la cultura a esta comarca fronteriza con
Portugal, en el suroeste salmantino, una de las más despobladas de
España, han recorrido el equivalente a 15 vueltas al mundo. Estamos en
Serradilla del Arroyo, 270 (...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario