Mi sobrina, acabado su trabajo, cogió las noventa muestras analizadas y las volcó en el contenedor de residuos.
Inesperadamente, parte del producto saltó a uno de sus ojos. No estaba protegida.
Junto a una compañera se dirigió al hospital más cercano. No la atendieron, es privado.
Tras esto, se dirigieron al Gregorio Marañón, público, donde la vio un oftalmólogo y la tomaron muestras.
Está a la espera del resultado.
PAQUITA
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