Ana Tenías 20 de enero de 2023
“El día 2 de enero de 2021, una ráfaga de viento nos congelaba el corazón. Asistíamos a la pérdida irreparable de nuestra querida amiga, la poeta Guadalupe Grande. Dos años después, tras aquella derrota innecesaria, despertábamos, y ese mismo amanecer brotaba la esperanza”. Aquel rayo de certidumbre sobre las cosas bellas, sobre las franquezas, las ausencias y la continuidad vino acunado “por dos nombres comunes llenos de significado, de líquido azul, de polvo o de nieve: Jarrón y tempestad”. Desde los imponentes techos del Ateneo de Madrid resplandece, por encima de la intensidad de sus colores, la mirada de un Apolo que observa las butacas ocupadas en un auditorio lleno, la ternura del recuerdo en las voces que resuenan quebradas y los pies estáticos sobre las tablas de doce contemporáneos dispuestos a hablar de la única cosa importante: vivir en la despedida.
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