Silvia Ferrer 3/11/2024
La urbanización, los efectos del cambio climático y las prácticas de restauración y gestión ajenas a las necesidades de las especies que habitan los ecosistemas costeros son amenazas crecientes para estos lugares tan sensibles.
Los proyectos de restauración dunar y costera podrían tener algunos efectos no deseados sobre la fauna local.
Determinadas actividades podrían estar dañando la biodiversidad costera, y según dos investigaciones del departamento de Microbiología y Ecología de la Unversitat de València, hay que reconsiderar las actuales estrategias de restauración de dunas y la gestión de restos mareales, que son los materiales naturales y antropogénicos que se depositan en las playas con el oleaje.
Estos estudios han sido publicados en Nature Ecology & Evolution y en Trends in Ecology & Evolution. En el primero se advierte que las prácticas tradicionales de restauración de dunas ponen en peligro a las especies que dependen de hábitats abiertos y de sucesión temprana.
¿Hay que cambiar las prácticas de restauración de las dunas?
Las playas y sus dunas son hábitats dinámicos con condiciones cambiantes que están habitados por una diversidad única de especies adaptadas a estos cambios. Según el artículo, estos hábitats esenciales para muchas especies de plantas y aves costeras están siendo afectados por los proyectos de restauración dunr, que tienden a reducir la heterogeneidad ecológica de sus ecosistemas.
Las actuaciones de restauración favorecen la prevención de la erosión y protección de las costas ante inundaciones, pero perjudican a las especies que necesitan áreas abiertas para nidificar o alimentarse. Las aves litorales requieren de áreas abiertas con poca vegetación para ubicar sus nidos, donde poder detectar con tiempo a los depredadores mientras incuban.
El artículo también advierte sobre la presión adicional que suponen el cambio climático y la urbanización del litoral para estas especies. El futuro de estos hábitats se ve comprometido por el aumento del nivel del mar y la erosión costera. Estos fenómenos impiden la migración natural de las dunas hacia el interior y crean una compresión costera que restringe el espacio para la biodiversidad todavía más.
Por último, el estudio alerta sobre la necesidad urgente de reconsiderar las prácticas de restauración y así evitar una mayor degradación de los ecosistemas dunares. Son lugares en los que los hábitats dinámicos son esenciales para mantener la biodiversidad, y que se pueden verse comprometidos por actividades como la reforestación y el cercado de áreas con vegetación densa.
¿Qué ocurre con la gestión de los restos mareales?
Por otra parte, el segundo trabajo destaca la importancia que tienen los desechos naturales depositados por el mar en la playa, como son algas, maderas o restos de animales marinos.
Según el estudio, los restos mareales son fundamentales para los procesos de dispersión de las plantas litorales, así como para sostener las cadenas tróficas de la playa, contribuir a la estabilización del sustrato arenoso y el éxito de las aves que nidifican en las playas.
Sin embargo, el artículo informa que las actuales prácticas de limpieza de playas mediante maquinaria pesada eliminan la basura antropogénica, plásticos y otros desechos, pero también destruyen todo este material orgánico que es vital para su ecosistema. Esta limpieza deteriora el hábitat que se utiliza para nidificar y reduce drásticamente su alimento.
Urge replantear el manejo de las playas y dunas
Ambos estudios coinciden en que es urgente replantear las estrategias del manejo de las playas, integrando tanto las necesidades estéticas y recreativas como los procesos ecológicos que sustentan la biodiversidad.
En los estudios se insta a los gobiernos y autoridades locales para la implementación de una normativa más estricta en preservación y gestión de desechos naturales en las playas, o fomentar proyectos de restauración de dunas. Estos deben incluir objetivos de conservación para las especies que dependen de hábitats abiertos y dinámicos.
El artículo propone hacer una diferenciación entre playas urbanas y playas naturales para una gestión mejor de sus restos mareales, y sugiere también una legislación más incidente en la conservación de los ecosistemas costeros
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