septiembre 28, 2019

España, empujada a cambiar la forma de producir alimentos para combatir la crisis climática tras el informe de la ONU

Paquita Caminante ·     eldiario.es      Raúl Rejón  - 8/08/2019
La agricultura en España produce el 12% de las emisiones de gases invernadero, el mismo nivel presentado en el análisis científico que pide modificar la dieta mundial
La ganadería intensiva y la aplicación de fertilizantes son los principales focos, según el Inventario Nacional de Emisiones a la Atmósfera
La degradación derivada del uso intensivo del suelo en zonas áridas como el 70% del territorio español acelera la desertificación exacerbada por el cambio climático

¿Carne sí o carne no? Guía rápida para entender por qué la ONU pide un cambio en la alimentación

 


La advertencia de la ONU sobre la necesidad de cambiar el modelo de producción de alimentos para atajar la crisis climática apela directamente a España. Los avisos globales para consumir carne con métodos más sostenibles y reducir las emisiones de gases ligadas al sistema intensivo de la industria agrícola y ganadera inciden en la manera en que España gestiona su territorio para obtener comida. Un 23% del efecto invernadero es achacable a estos procesos. Un tercio de la comida termina desperdiciada, según el IPCC.
Los expertos científicos de la ONU han lanzado el mensaje: la humanidad necesita otra forma de alimentarse y producir su comida para frenar el cambio climático. España también. Solo las actividades agrícolas suponen el 12% de las emisiones españolas y crecieron en 2017 un 3,1% (el último año cerrado). Calca el nivel atribuido a nivel planetario a este sector. 
Dos tercios los emite la ganadería que también registra incrementos "debido principalmente al aumento de la cabaña de vacuno para carne y cerdo blanco", explica el Inventario Nacional de Emisiones. La digestión de la cabaña y la gestión de estiércol son dos focos cruciales de gas. Además, los campos de arroz y la aplicación de fertilizantes aparecen en lugar destacado en el listado español.

Expansión de grandes granjas ganaderas
Un gran consumo de carne conduce a una gran producción para satisfacer esa demanda. Las advertencias sobre el modelo de producción de carne del IPCC encaja con la situación en España: el modelo intensivo de ganadería que multiplica la producción de carne se extiende cada vez más. Los expertos han indicado que los productos de origen animal que se consuman provengan de sistemas "más sostenibles con bajas emisiones de gases de efecto invernadero" que distan del modelo altamente industrializado. 
El número de cabezas de cerdos y vacas en España crece, la mayoría en explotaciones intensivas. A 1 de enero de 2019 el censo bovino estaba en 6,6 millones ejemplares. El de cerdos superaba los 31 millones –se sacrificaron 50 en 2018–. Los pollos rebasaban los 331 millones y las gallinas para huevos los 50. Todos superan sus registros de 2016, según los informes del Ministerio de Agricultura. España es el segundo productor de la Unión Europea de porcino "acercándose paulatinamente al primero", recuenta el Ministerio.
El informe de la ONU explica la huella ambiental que implica el creciente consumo de carne a gran escala: mayores emisiones de metano (CH4). "Más de la mitad del total mundial proviene del ganado rumiante que ha crecido un 70% desde 1961", relatan.  Además, España incumple repetidamente los límites de emisiones a la atmósfera de amoniaco (NH3) provocadas, especialmente, por los desechos orgánicos de la cabaña de cerdos. Desde que entró en vigor en 2010, nunca se ha respetado el techo comprometido con la Unión Europea.

Consumo y contaminación del agua
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