Lucio Martinez Pereda 21/4/21 (PARALIZADO a 14/5)
La Audiencia de A Coruña permite a la familia del dictador disponer de los bienes depositados en el interior del pazo. Ahora la pelota está en el alero de la Xunta presidida por Feijóo: para trasladar esos bienes, los Franco necesitan la autorización de la Xunta de Galicia.
El conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, recordó esta mañana sobre la esculturas románicas depositadas en las torres de Meirás «a nosa intención é que o patrimonio, neste caso vencellado ao mestre Mateo, se manteña en Galicia».
Pero ha mantenido un preocupante silencio sobre el resto del patrimonio.
El Conselleiro no se ha pronunciado sobre el legado bibliográfico de Pardo Bazán, con primeras ediciones y libros únicos de los S. XVIII y XIX. Ni sobre el mobiliario de las colecciones reales españolas. Ni sobre los cuadros firmados por Zuloaga o Álvarez de Sotomayor.
Tampoco dice nada de los cruceiros, los hórreos, las pilas bautismales medievales de la iglesia de Moraime en Muxía, la mesa vitrina de la sala de música de la reina Victoria Eugenia y la alfombras de la Real Fábrica de Tapices de Madrid.
Focalizar todo sobre las estatuas románicas podría servir como excusa para que la Xunta “cubriera el expediente” y los Franco consiguieran llevarse el resto del patrimonio, el que a los ojos de la opinión pública es menos escandaloso, pero resulta más fácil de vender en el mercado de antigüedades.
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