13 de abril de 2023
Director de la Estación Biológica de Doñana durante 13 años y colaborador directo de José Antonio Valverde, el científico que mejor conoce el parque habla con rigor e indignación sobre todo lo que se ha hecho –y se sigue haciendo– mal y a quién beneficia tanto despropósito
¿Cuál es el verdadero problema de Doñana? Todos hablan de su importancia, pero su situación es cada vez más delicada.
Está al borde de la desaparición a pesar de ser uno de los espacios más protegidos y famosos del mundo. Se debe a la impunidad de los responsables y al evidente incumplimiento de las leyes, de las españolas y de directivas europeas, que gozan de jerarquía normativa frente a las nacionales. Se han producido ya agresiones difícilmente reparables que se hubieran podido evitar.
¿En qué momentos han sido más graves estos incumplimientos y en qué cuestiones concretas?
La destrucción de la marisma de la Red Natura 2000 de la UE, que fue roturada y sus amplios cauces plenos de vida fueron cultivados y transformados en canales. Por si esto fuera poco su agua fue bombeada a enormes balsas y sustraída al espacio protegido, ello unido a una alta contaminación. Es un proceso iniciado y ejecutado en buena medida por el Estado (Agricultura, Confederación, Minas) y continuado hasta hoy por diferentes empresas que se lucran con estos bienes de interés general. Como reconoce la Unión Europea (UE), los hábitats y especies de interés comunitario vienen sufriendo desde hace décadas un progresivo deterioro. Ante esta situación los responsables se niegan a aplicar las normas para restaurar la marisma y restablecer un estado de conservación favorable.
Frutos rojos, presión inmobiliaria, pozos ilegales, caza furtiva, arrozales, presas en los ríos... ¿Todo se alía en contra de Doñana?
Intentan sacar tajada ante el caos legal, recuerdan a una tropa de babuinos al saqueo de un maizal. El agua y el fértil suelo de los cauces marismeños, protegidos por la UE, son botines codiciados. Destaca la destrucción del Brazo de la Torre y su cuenca, que espera, desde hace 23 años, el cumplimiento del Real Decreto-Ley 7/1999R y su restauración. La vida en la marisma dependía de unos diez cauces ya deteriorados (...)
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