Darío Pescador 28 de septiembre de 2023
¿Cuánto ruido es mucho ruido? Así afecta la ...
Sabes que vives en el futuro cuando estás en un bar en Madrid con tus amigos y, al cabo de un rato, tu reloj inteligente te avisa (con una potente vibración) que has superado el umbral de exposición al ruido diario, que el ruido ambiental supera los 90 decibelios y que, de seguir así, tu salud puede resentirse.
Hace una década, un informe de la OMS declaró a España como el país más ruidoso de Europa y el segundo del mundo, solo detrás de Japón. Desde entonces, ha perdido esa posición de dudoso liderazgo en favor de Malta, pero sigue presente en la liga de los países de ruido insoportable. Las consecuencias son más graves de lo que se puede pensar. De acuerdo con datos del INE de 2020, el 21% de las personas en España sufren problemas de ruido en sus hogares.
Por supuesto, los ruidos fuertes y de larga duración, como una explosión o el trabajo en una fábrica sin protección, son causas conocidas de daños en el oído y pérdida de audición. Pero el ruido ambiental también puede ser muy dañino. Según la OMS, solo el ruido del tráfico es responsable de más de un millón de años de vida sana perdidos anualmente en los países de Europa occidental por mala salud, discapacidad o muerte prematura, solo superado en carga de morbilidad por la contaminación atmosférica.
El ruido causa o contribuye a las molestias y los trastornos del sueño, que de por sí tienen impactos muy negativos sobre la salud. Pero además, diversos estudios confirman que el ruido ambiental hace aumentar el riesgo de infartos de miocardio y de ictus, especialmente entre personas mayores.
¿Cómo es posible que el ruido afecte a la salud cardiovascular? Se ha comprobado que la exposición aguda al ruido activa el sistema nervioso simpático (el que nos pone en alerta) y el sistema endocrino responsable de la respuesta de estrés. Aunque pensemos que estamos acostumbrados, el ruido desencadena la respuesta de huida o lucha, aumentando la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la liberación de hormonas del estrés como el cortisol (...)
El ruido en el cerebro
La exposición al ruido también nos puede volver menos inteligentes. Se ha comprobado que el ruido hace que a los niños les cueste más aprender. En los adultos, los experimentos muestran datos aparentemente contradictorios.
Por un lado, se ha visto que un cierto tipo y nivel de ruido ambiental puede hacer que aumente la concentración y el rendimiento cognitivo, potenciar la creatividad, mejorar la retención de la memoria e incluso mejorar el estado de ánimo. Se trata de sonidos de la naturaleza, como las olas, el correr del agua, el viento en las ramas de los árboles, y sonidos producidos artificialmente que tienen características similares, como el ruido blanco y los llamados ruido rosa y ruido marrón. Estos sonidos también pueden ayudar a mejorar el sueño.
La conclusión es que estos ruidos permiten enmascarar otros sonidos ambientales y, por tanto, reducir sus efectos negativos. Esto sonidos también ayudan a concentrarse a las personas que sufren de trastorno de déficit de atención (TDA). En estos casos, el ruido hace aumentar los niveles de dopamina, el neurotransmisor del que carecen estas personas, de forma similar a como actúan los fármacos que se emplean en su tratamiento, que son derivados de la anfetamina y tienen un efecto estimulante en el resto de personas. (...)
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