enero 25, 2007

Otro poema: Blas

A un mes largo de haber recibido éste de manos de un amigo y compañero -que distribuyó entre sus más allegados- me atrevo a hacerlo público en la creencia de que no le molestará (tampoco se lo he consultado)

Seguimos en la inevitable ascensión,
con el empeño mermado, pero no vencido;
tallando en el delicado tejido del alma,
razones para seguir avanzando;
acojonados a veces, pero nunca quietos;
buscando en lo aparentemente inútil
la clave de la vida que descifre los secretos.

Puede que la clave sea simplemente una paradoja,
y andemos todos locos por buscar razón a todo.

Hemos conocido a montañeros ebrios
que cantaban nostágicas habaneras
que hablaban de la mar y de los amores
amamantados con la espuma de sus olas.

También hemos oído a singulares marineros,
alabar las majestades de la montaña
y de los inmensos valles, donde,
según cuentan, habitan los cánticos eternos,
que la naturaleza fabrica y transporta;
y donde, las palabras atrapadas en sus rincones,
tejen y retejen animadas conversaciones
con los silencios de los ausentes
que lo dieron todo y hoy sólo son olvido.

Comienza a clarear el día; a pie de la tienda,
alguien lee un libro de poemas de inutilidad perfecta;
mientras, los demás duermen,
y el campamento despereza...

Una vez más, llegó la inevitable Navidad.
...............................................
(Añadido por mí) Y una vez más ... pasó ... la inevitable Navidad

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Acabo de entrar a tu blog, (por fin un ratito) y he descubierto leyendo articulos anteriores, que fué tu cumple el día 22, ....pero bueno, y ayer..., no dijiste ni pio. Ya se te vale.
Despues de la regañina, quiero DESEARTE QUE LA FELICIDAD (y que carajo, tambien la alegria, ya puestos) TE ACOMPAÑE TODO ESTE AÑO QUE ACABAS (RESIEN NO MAS) DE COMENZAR.
Y otra cosa wapita, no creas que se nos pasará lo de la cervecita de rigor, ...vaaaaale cuando haga mejor tiempo.
Muchos besos preciosa y otra vez felicidades. Ya sabes que este poema me encanto recuerdaselo a él.Lalola

Caminante dijo...

Benditos los ojos que te ven -ya- en ésta, tu casa.
Un gusto, ya digo.