La ampliación del Museo Xeolóxico de Quiroga saca a la luz los últimos resultados genéticos de Elba, que murió tras caerse en una cueva de Lugo hace unos 9.300 años
No levantaba más que metro y medio del suelo, no comía carne
y viajaba sola por las montañas, supuestamente con tres uros que entre
sí no eran parientes. Elba falleció por accidente hace al menos 9.300 años.
Por el estudio antropológico de los restos recuperados de la cueva en
la que se precipitó, desde 2017 se sabe que tendría entre 20 y 40 años y
que en los meses antes de morir posiblemente sufría un fuerte dolor de
muelas. Ahora, además, una vez completado su análisis genético, se ha
descubierto que no solo tenía el pelo y los ojos oscuros, sino que su
piel era negra.
El dato ha sido guardado con celo hasta hoy y la nueva apariencia física de Elba
vio la luz durante el reestreno del Museo Xeolóxico de Quiroga (Lugo),
un edificio municipal que ha duplicado su superficie en un paisaje de
montaña muy próximo al enclave (en Pedrafita do Cebreiro) en el que
aparecieron los restos fósiles. La presentación oficial de esta antigua
pobladora gallega de piel negra, junto con las cinco salas aumentadas,
estaba prevista para el pasado mes de abril, pero se truncó por el
estado de alarma. La ampliación del museo también servirá para presentar
el estudio más completo hecho en Europa de la evolución del clima a
través del desarrollo de una estalagmita. En esta formación geológica de
apenas 20 centímetros, recogida en la Cova Arcoia (Quiroga), ha quedado grabado un registro continuo de 550.000 años de historia, con tres periodos glaciares y cuatro interglaciares.
Los
padres científicos de Elba, bautizada con un nombre celta que significa
“la que viene de las montañas”, son el geólogo y miembro de la Real
Academia Galega de Ciencias Juan Ramón Vidal Romaní, que dirigió también
el estudio de la estalagmita, y la paleontóloga Aurora Grandal. En la
investigación han trabajado con ellos la genetista especializada en ADN
humano antiguo Gloria González Fortes; el antropólogo forense Fernando
Serrulla; y la artista forense Margarita Sanín, experta en reencarnar
rostros de los que ya no quedan más que los cráneos. Elba es el primer
fósil humano femenino del Mesolítico
(transición entre el Paleolítico y el Neolítico) estudiado
genéticamente en la Península Ibérica, datada por el carbono 14 dos
milenios antes que el hombre de ojos azules de La Braña (Valdelugueros,
León). Es, además, la muestra antigua más occidental estudiada en
Europa. En Galicia, con posible presencia humana al menos desde hace
300.000 años, no se ha recuperado ningún otro esqueleto tan ancestral (...)
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