enero 14, 2021

Espíritu Dialogante, de Antonio Larrey

 Antonio Larrey Lázaro  

 
ESPÍRITU DIALOGANTE:

El ciudadano Casado le ha exigido al presidente de todos los españoles que se lea el Quijote, que no confunda gigantes con molinos, que se tatúe un nombre, que no de lecciones, que ponga orden en su jaula de grillos, que llore, pero lágrimas de verdad, que felicite las navidades e incluso que acepte el advenimiento del hijo de un Dios. Entre otras cosas. Para estar en la oposición, este Pablo manda mucho. Si Sánchez cumple con estas ( y otras muchas cosas que os ahorro), entonces estará dispuesto a sentarse a negociar. Es interesante, si haces todo lo que yo te diga nos sentaremos a dialogar, si no es que tú no quieres dialogar conmigo. Eso es, amigos de Barrio Sésamo, espíritu de diálogo, de libro. Y no me inquieta que la oposición ejerza de oposición, las he visto, oposiciones, digo, de todos los colores, y siempre van del mismo palo. Lo que me ha chirriado es un pequeño detalle: Casado dice que España es un país cristiano. Ingenuo de mí, y yo pensando que vivía en un estado aconfesional. Para ser unos defensores acérrimos y beligerantes de la Constitución (¡oh, sagradas escrituras!) hay algunos artículos (16.3) que no les entran ni a roscachapa. Yo, señor Casado, seguiré viviendo en un país laico, aunque le joda. No lo digo yo, que no mando ni en mi casa, lo dice "su" Constitución; usted viva sus creencias como quiera, que para eso son asuntos del ámbito privado en los que ni debo ni puedo meterme.

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