No militó en ningún partido político, aunque criticó la dictadura y la doble moral burguesa. Hija de un militar y diplomático del régimen, no había inocencia en las letras de Cecilia, sino ironía y acidez. Pese a la censura, previa o impuesta, retrató la España de la época, a veces con oportuna sutileza. Católica a su manera, se sacudió la caspa del tardofranquismo, pero no pudo vivir en democracia porque falleció en la antesala de la transición.

Aunque, si no aguzamos el oído y nos quedamos en la superficie, algunas letras podrían pasar por costumbristas, en realidad destilan un feminismo sarcástico. "Mi padre quisiera que fuera / su niña estudiosa de alguna carrera. / Mi madre prepara mi boda / con un caballero de güisqui con soda. / Y quiero ser equilibrista, / paloma, la pluma, reina de la pista", canta en Equilibrista, incluida en su segundo álbum.

Editado en 1973, ella quería que se titulase Me quedaré soltera, pero la discográfica se lo impidió y terminó publicándose como Cecilia 2. La letra de la canción homónima podría llevar a equívocos si nos ciñéramos a la literalidad ("Y si muero de vieja sin tener pareja / dime quién llorará a una solterona"), porque en realidad es una carga de profundidad contra las convenciones sociales (...)

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