Desde ayer tengo la misma sensación que en el 11S de 2001,
el día de la caída de Lehman Brohters
o cuando llegaron las primeras noticias de un virus extraño en China:
algo importante está ocurriendo que va a cambiar nuestro futuro, pero no sabemos interpretarlo.
La caída de Kabul y Ávila iluminada por los fuegos de la Paramera, parecen signos de cambio de sentido de la historia.
+ Fernando Broncano R 16/8/21
Llevará años pensar y asumir las consecuencias de la victoria talibán en Afganistán. Hacer un cálculo de los costos humanos y materiales que ha tenido para tantos pueblos y estados. Asumir que la victoria talibán es la derrota de un modo de entender el mundo contemporáneo. Temer que el mundo que viene tendrá más componentes de caos y desorden, y que la gobernanza del Planeta se aleja aún más en el horizonte de la historia. La última guerra de Afganistán cumple los consejos de Maquiavelo en El Príncipe: si quieres ser profeta, mejor ser un profeta armado. Si quieres conquistar un territorio que te es ajeno, hazte primero con el favor del pueblo bajo y controla a las élites.
Entramos en un tiempo en que muchos diagnósticos que se han convertido en populares ya no sirven. Me pregunto si no tendré que pasar "Imperio" de Negri y Hardt a la balda de libros demodés.
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