noviembre 21, 2021

Nadie reclama la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas de la dictadura, que sí tienen las víctimas del terrorismo de ETA, de Mari Sol Ibañez

 Mari Sol Ibañez   21/10/21

El día de hoy ha comenzado con la amplia difusión radiofónica de 10 años sin ETA, el dolor de sus víctimas y la insuficiencia de las disculpas pedidas.
Frente a esa realidad, las víctimas de la dictadura seguimos esperando el día en que se recuerde con semejante intensidad mediática y política el dolor por las víctimas de las 2.400 fosas comunes conocidas que dejó la dictadura (3 fosas por cada víctima de ETA), las víctimas asesinadas, desaparecidas, torturadas, encarceladas, esclavizadas, con sus bebés robados, perseguidas, coaccionadas y vigiladas de cerca, desposeídas, exiliadas, deportadas, depuradas, humilladas, depuradas, excluidas, desterradas, traumatizadas, etc, etc...
Y nadie exige la petición de perdón por parte de los que participaron o hicieron posible esa masiva lista de crímenes, de violaciones de DDHH, reconocidos incluso por la ONU o las instituciones europeas.
Y nadie de estos estamentos mediáticos y apenas nadie de los políticos, dice que se le hace escasa la respuesta de las instituciones o se queja de las raquíticas leyes de Memoria.
Y no piden a los herederos ideológicos de la dictadura que condenen la dictadura o los actos de exaltación del fascismo o del mantenimiento por cuenta del estado de monumentos fascistas como el de Cuelgamuros.
Y apenas nadie de ellos reclama la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas de la dictadura que sí tienen las víctimas del terrorismo. Ni tampoco se refieren al terrorismo de Estado como el peor de los terrorismos.
Parecería que ETA y sus crímenes existieron, pero no así la dictadura franquista.
Prácticamente en ninguno de esos puntos de difusión mediáticos que reclaman nuestra atención sobre el daño del terrorismo, se ha hecho eco de la condena judicial en Argentina de uno de los responsables políticos del terror de la dictadura. Esa es nuestra asimétrica realidad. Esta es la realidad de una democracia que sólo recuerda, reconoce y repara a las víctimas que le interesa recordar.

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