El CSIC advirtió de los posibles daños que podían ocasionar los ruidos de los conciertos. Todos los antílopes fallecidos eran crías o madres a punto de parir.
Tres gacelas mohor, entre ellas una cría de pocos días y otra a punto de parir, así como una hembra de arruí, también gestante, y una gacela de Cuvier recién nacida han fallecido a consecuencia de los episodios de "estrés y agitación" sufridos en el concierto de la Finca Experimental La Hoya. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ya había advertido al Ayuntamiento de Almería, gobernado por el Partido Popular, de los posibles daños que podían ocasionar los ruidos y solicitó la reubicación del evento, lo cual fue rechazado.
En un comunicado, la veterinaria del instituto de investigación, Sonia Domínguez, ha señalado que los datos de las necropsias indican que las causas de las muertes de los ejemplares han sido "la desatención materna de una de las crías", "un aborto" y "distintas lesiones traumáticas", todas ellas "provocadas como consecuencia del estrés y agitación provocados por los conciertos" del festival Alamar. El lugar de celebración se encontraba a escasos metros de la reserva.
La propia alcaldesa de Almería, María del Mar Vázquez (PP), defendió la celebración de los conciertos la pasada semana la "compatibilidad" entre el parque de rescate sahariano y los espectáculos, incluido el Festival de Flamenco previsto para mitad de julio. La número uno del Ayuntamiento los consideró "conciertos semiacústicos de bajo impacto sonoro", aunque al mismo tiempo anunció un "estudio acústico" para analizar el impacto en los casi 400 ejemplares de especies amenazadas que alberga la reserva.
"Como somos personas razonables, si vemos que no se puede hacer, cambiaremos de ubicación y no pasa nada. No hay que generar conflicto por cada cosa que se haga", apuntó Vázquez. La alcaldesa habló de la falta de un estudio para determinar la "compatibilidad" que observaba, incidió en los "pocos decibelios" que suponían en estos conciertos.
Falta de compromiso
Ante los fallecimientos, la directora de la EEZA, Teresa Abáigar, ha afirmado que resulta "frustrante que el Ayuntamiento de Almería no haya mostrado el sentido de precaución exigible a una Administración pública" respecto a la protección de los ejemplares que se encuentran en la Finca Experimental.
"Esperamos que, de cara al futuro, se adopten las medidas oportunas para que no vuelvan a suceder sucesos similares", ha añadido Abáigar. Mientras tanto, la veterinaria del instituto ha señalado que la muerte de estos animales "podría haberse evitado".
En este sentido, Domínguez ha indicado que se advirtió al Ayuntamiento "de la especial sensibilidad de estos animales y del momento tan crítico en el que se encuentran en estos días durante la época de cría". "Hemos perdido unos animales de incalculable valor para los programas de conservación y eso no tiene vuelta atrás", ha lamentado.
La Finca Experimental La Hoya
La Finca Experimental La Hoya es una unidad de apoyo y servicio de unas 20 hectáreas de extensión, que tiene el doble objetivo de servir de infraestructura a los Programas de Conservación ex situ (fuera de su hábitat) que se coordinan desde la EEZA a la vez que ofrece un espacio experimental al aire libre que da apoyo logístico a las líneas de investigación del instituto. La Finca está localizada en una hondonada situada detrás de la colina donde se asienta la Alcazaba de la ciudad de Almería.
En sus inicios, entre los años 50 y 60 del siglo XX, este espacio sirvió de zona experimental para estudios de agricultura. En 1970, y a partir de la llegada de las primeras gacelas y arruís procedentes del Sáhara Occidental, territorio español por aquel entonces, este espacio pasó a denominarse Parque de Rescate de Fauna Sahariana, y en sus inicios albergó unos pocos ejemplares de cuatro especies de ungulados en peligro de extinción, procedentes del Sáhara Occidental, territorio español por aquel entonces (...)
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