junio 24, 2014

COLEGIOS RELIGIOSOS Y FUNDACIONES SOLIDARIAS, de Antonia Pons Valldosera


Vaya por delante que, aunque bautizada, siempre me he considerado agnóstica. Nunca hubiera llevado a mis hijas a una escuela confesional, por principios. Porque una considera la educación un servicio público y no un negocio. Y que alguien se dedique a ganar dinero con un derecho universal me parece poco ético. Y más cuando veo como están los colegios públicos en relación con los privados. Éstos con unas instalaciones que lo flipas y otros contando cada barra de tiza y cada fotocopia. Y si encima me dicen que detrás hay una Fundación para ayudar a los pobrecitos niños infieles, la mosca de detrás de la oreja se me sube a la nariz de inmediato. Llamadme malpensada, pero muchas de éstas entidades se utilizan para lo que se utilizan, que no es la mejora de la vida de los niños tercermundistas aunque algo les llegue. Normalmente migajas de la mesa de los opulentos: ropa usada y estas cosas que te ocupan espacio en casa y que te da pena tirar porque están casi nuevas. Las aparcas en una de estas ONGs y ya tienes la conciencia tranquila.
Que hagan lo que quieran pero que no nos tomen por idiotas profundos. Tal vez debería practicar aquello de “a caballo regalado…” y arrebañar con todo, provenga de donde provenga, pero no puedo. Me da coraje contribuir a mantener el establishment. Y ya si involucran a los saharauillos, ni os cuento.
Porque los saharauis no necesitan limosna, ni una caña de pescar, ni tres camisetas viejas. Necesitan justicia y no adoctrinamiento ni educación. Son musulmanes y vienen educados de sus casas.
Feliz día de  San Juan.

No hay comentarios: