Yo, tengo que reconocerles que veo un uniforme al lado de un Cristo y me atraganto
No me suelten lo de la tradición. Una tradición sólo es una cosa que se repite desde hace mucho tiempo y puede ser una barbaridad como lo es, sin duda, la tradición de la ablación en muchos países musulmanes
Elisa Beni - 26/03/2016 No me suelten lo de la tradición. Una tradición sólo es una cosa que se repite desde hace mucho tiempo y puede ser una barbaridad como lo es, sin duda, la tradición de la ablación en muchos países musulmanes
http://www.eldiario.es/zonacritica/laicos-pedimos-respeto_6_498760128.html
Pedimos respeto y el cumplimiento de la
Constitución. Parece que no pudiéramos hacerlo. Que no estuviera bien
que dijéramos que nos chirrían las meninges cuando vemos a instituciones
del Estado -de ese Estado aconfesional que también es el mío- en actos
puramente confesionales y de una única confesión además. Yo, tengo que
reconocerles que veo un uniforme al lado de un Cristo y me atraganto. Lo
curioso es que sería lo lógico,que se nos atragantara a todos. Por
contra pasan los años y pasan las Transiciones y la transición a la
normalidad en materia de religión y uso de instituciones del Estado no
termina de resolverse. Es más, se les atraganta a todos los gobernantes
que lo intentan.
La presencia de unidades militares
con uniformes, armamento y sus mandos naturales en procesiones católicas
debería atragantársele a todo ciudadano que entienda que las
instituciones del Estado no están al servicio de ninguna confesión, no
están concebidas ni deben usarse para adornar y dar lustre, como si
fueran romanos de atrezzo, y deben mantener la neutralidad religiosa. A
los católicos, además, debería revolverles que en una conmemoración de
lo que ellos creen es la muerte del hijo de Dios, por amor al hombre
para su redención, aparezca ningún tipo de simbología bélica. A Cristo
le escoltaron los soldados pero para ajusticiarlo.
No me suelten lo de la tradición. Una tradición sólo es
una cosa que se repite desde hace mucho tiempo y puede ser una
barbaridad como lo es, sin duda, la tradición de la ablación en muchos
países musulmanes. Aquí de lo que hay tradición es de mezclar los
poderes del Estado con los poderes fácticos para mostrar y demostrar al
pueblo que el poder es uno y que mejor andarse con ojo. Así que seguimos
teniendo a ministros que condecoran vírgenes y a estatuas que llevan
fajín de general. Y todo tan normal, oigan. Imagino un buda con chapiri y
bastón de mando y me produce el mismo efecto.
Como
llegó el momento en el que pagar del erario público tales excesos devino
insostenible, se traspasó a las cofradías el coste de las dietas y
manutención de los soldados españoles. Según datos de La Opinión de
Málaga, unos 120€ por soldado y día. La supuesta solución tropieza con
otra cuestión difícil de asumir: ¿por qué paga nadie que no sea el
Estado a un soldado?, ¿es que los soldados españoles se alquilan?,
¿puede hacerlo cualquiera?, ¿terminarán en bodas y bautizos?
Ese mismo despropósito se produce en las múltiples procesiones
denominadas de “La Sentencia” en las que los jueces decanos o jueces
designados por estos encabezan también una procesión católica.Con toga y
puñetas. ¡Oiga, que son también los jueces de los laicos, de los ateos,
de los agnósticos, de los musulmanes y los budistas! ¡Que son un poder
del Estado! Más inri tiene aún el hecho de que las cofradías
-asociaciones confesionales católicas- tengan el privilegio, que ninguna
otra asociación tiene en este país, de designar con nombre propio a
presos para su indulto. Lo que significa que el anacrónico derecho de
Gracia del Gobierno se transfiere a unas entidades religiosas sin que,
por ejemplo, se sepa que los Testigos de Jehova, los colegios de
abogados o los masones puedan conseguir indultar a quienes deseen. Pues
ahí seguimos.
Es increíble que aún no se haya
conseguido avanzar en ese terreno. ¡Ese es el poder que una sola
confesión sigue teniendo en esta democracia avanzada! Felipe González se
atrevió a retirarles los honores militares a las imágenes pero se los
mantuvo al Santísimo. La revolución la trajo Chacón con el Real Decreto
684/2010 de 20 de mayo por el que se cambió el reglamento de honores
militares y estos se retiraron a todo tipo de representación religiosa
reservándolos para la bandera, el Rey, algunas autoridades y los mandos
militares. La que se lió fue parda y aunque el Tribunal Supremo acabó
fallando que tal reforma era perfectamente ajustada a ley, desde la
llegada de Rajoy al poder se mira para otro lado y no se actúa cuando se
incumple flagrantemente. Con lo que le gusta al PP decir que las leyes
están para cumplirlas.
Así que un año más seguimos
atragantándonos. Y aún escuchando como se soliviantan algunos por la
reducción de presupuestos que los alcaldes del cambio han aplicado a
esta partida en algunas ciudades.
Espero que llegue
un gobierno con agallas que devuelva la cordura a este tema. Que los
uniformes fardan y adornan en las procesiones ya lo sabemos, no hay más
que ver el estilismo de las bandas de música, pero de ahí a que les
alquilemos a nuestros militares para lucirlos y para soldarlos
simbólicamente a unas ideas concretas, va todo un camino constitucional.
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OTRO ASUNTO. Hoy en Perroflautas del Mundo: La mano invisible que da de comer a África
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OTRO ASUNTO. Hoy en Perroflautas del Mundo: La mano invisible que da de comer a África
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