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Ricard Ruiz Garzón 1.06.2017 – http://blogs.elconfidencial.com/cultura/tribuna-de-expertos/2017-06-01/alquiler-subida-barcelona-libros-ricard-ruiz-garzon_1391992/
Me preguntan muy en serio por qué voy llorando por los rincones por tenerme que desprender de casi 5.000 de mis 15.000 libros. Pues ahí van las cinco razones principales:
1.- Porque me obliga a desprenderme de ellos una circunstancia obscena: que nuestro casero haya pasado de cobrarnos 1.000 euros de alquiler a poner un anuncio en el que pide 1.600 euros. Casos personales aparte, yo relaciono esto con la orgía de los alquileres, con la gentrificación, con el neoliberalismo económico y con el disparate de unas subidas en la vivienda del 30% o el 40% cuando los sueldos sencillamente han bajado, si no desaparecido. Si soy escritor, si escribo, es porque no me conformo con mi realidad, y mis libros forman parte de mi profesión, de esa con la que aspiro a combatir aunque sea de forma simbólica tanta desvergüenza.
Tengo que deshacerme de mis libros por una circunstancia obscena: nuestro casero ha pasado de cobrarnos 1.000 euros a 1.600
2.- Porque esos miles de libros que me abandonarán no son de acumulación, sino de selección: hace años que me he ido desprendiendo de libros al tiempo que incorporaba otros. En la actualidad, abandonado ya el periodismo que me permitía recibir en parte esos ejemplares, me gasto entre 500 y 1.000 euros anuales en adquirir libros, y luego resulta que no puedo tenerlos por falta de espacio físico (y no, el eBook no me vale, el eBook ayuda pero no sustituye, al menos no para mí). Si los pocos que compramos libros en serio no podemos tenerlos porque el lugar que ocupan implica ser casi millonario, ¿quién diantres va a sostener esta industria? ¿Quién va a apostar por la cultura? ¿Cómo van a existir editoriales que tengan que vivir del aire, traductores, escritores, ilustradores, correctores y prescriptores que tengamos que vivir del aire mientras pagamos cantidades absurdas por no vivir a 100 kilómetros de nuestras ciudades?
Si los pocos que compramos libros tenemos que ser millonarios para guardarlos, ¿quién diantres va a sostener esta industria?
3.- Porque también con un brazo o una pierna menos andaría más ligero y ocuparía menos, y no creo que a nadie le parezca una buena idea (para los graciosos: prefiero perder peso de otro modo). Total, me dicen, tienes más, sean piernas, brazos o libros, y me parece el argumento de alguien que no se puede considerar lector, así que lo respeto como respeto las cosas de universos que no son el mío: de lejos. Tengo cientos de argumentos para lo contrario. Tengo a Nabokov, a Capote, a Le Guin, a Cortázar, a Conrad, a Stevenson, a las Brönte, a Dickens, a Calvino, a Dick, a Shelley, a Shakespeare, a Wells, a Atwood, a Lessing, a Woolf y a muchos más que cito solo de los que han caído, aunque algunos sea por estar en dos lenguas, en dos ediciones, en un rincón o en mal estado. Me duelen igual, como me duele tanto autor desconocido al que he amado ni que sea por unas líneas. En unas líneas puede estar el mundo, puede estar la vida, puede estar todo.
Ese tercio de mis libros me define, tanto o más que un tercio de mis fotos, películas, de todo aquello que construye mi identidad
5.- Porque he estado haciendo cuatro números, y si yo tardo entre uno y dos años en escribir un libro, eso tirando muy bajo y contando solo 3-4 horas al día, cinco días por semana, supone entre 1.000 y 2.000 horas por persona y libro, así que... Estoy tirando varios millones enteros de horas dedicadas a escribir, cada una de ellas con sus dudas, con su esfuerzo, con sus ilusiones, con cada uno de sus autores y autoras volcando en palabras lo más importante de su vida. Pensad los que escribís o deseáis escribir en cada una de esas horas que tanto os cuestan y ahora juntad cinco millones de esas horas y tiradlas en cuestión de minutos para no volverlas a recuperar. Y todo porque haya un puñado de cabrones que quieran ganar dinero a espuertas para dedicar sus propias horas a algo que con bastante seguridad no será leer, no será escribir, no será ayudar a construir el mundo que muchos desearíamos.
Me recuperaré, por supuesto, y tampoco magnifico. Hay en ello, como en todo, una oportunidad, y estoy aprendiendo mucho de la experiencia, y sé que pueden pasarme y me pasarán cosas mucho peores, muchísimas, muchísimo. Entre ellas, perder también los otros 10.000 libros (lagarto, lagarto).
Me recuperaré y sé que pueden pasarme y me pasarán cosas mucho peores. Entre ellas, perder también los otros 10.000 libros
Pero si después de todo lo escrito alguien aún no entiende mi tristeza de estos días, o la juzga con suficiencia, o cree que es solo fruto de un capricho, si alguien me pregunta sorprendido por qué "un puñado de libros" me hacen estar tan mal, si alguien lee este 'post' y piensa que exagero, no pasa nada: solo que somos de especies distintas. La buena noticia es que creo en las relaciones interraciales y hasta xenofílicas, así que podremos seguir tratándonos igual. La mala es que, por mucho que nos conozcamos, y aunque por mi parte no quedará, me temo que en el fondo nos será difícil reconocernos.
P.S.- Ya no tengo esos libros, así que muchas gracias, pero no necesito que vengáis en oleadas de amigos a por ellos. Tranquilos, no me parece mal, yo también me hubiera ofrecido. Lo digo solo por ahorrar tiempo y mensajes.
* Ricard Ruiz Garzón es periodista y escritor. Su último libro, 'La inmortal', ha ganado el premio de Literatura Infantil Edebé, 2017. Este texto ha sido publicado en redes sociales y lo reproducimos por su interés con el permiso del autor.
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ADEMÁS: La locura del alquiler llega a los pisos compartidos
EDUARDO G. MARTÍNEZ 15 sep. 2017 http://www.elmundo.es/economia/vivienda/2017/09/15/59ba7400e2704e3e738b45b8.html
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